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Playas de Cádiz| La Caleta

Guía secreta de bichos, algas y demás parientes caleteros

  • El Proyecto BioCaleta difunde con nombres y apellidos la fauna y flora marina intermareal de la emblemática playa y desvela la vida oculta de parte de sus especies

Ficha de una babosa de mar de colores inequívocamente cadistas.

Ficha de una babosa de mar de colores inequívocamente cadistas. / D. C.

En Cádiz, un carajo de mar siempre será un carajo de mar. Por mucho que en los periódicos, en las televisiones y en las radios se empeñen ahora en llamarlo de otra manera. Igual que un cangrejo verdoso y sin pelos es una coñeta. Y otro oscuro, con pelos, un cangrejo moro.

Los nombres vernáculos de los animales y algas que pueblan ese territorio quiñoniano de exploración infantil y muchas veces de supervivencia adulta que siguen siendo Las piedras –o Las rocas– de La Caleta se han ido transmitiendo de generación en generación hasta consolidar un diccionario propio. Javier Osuna y Erasmo Ubera recogieron muchos de estos términos en su El lenguaje de la mar de Cádiz (Sílex, 1991), un glosario imprescindible para entender a quienes viven aquí, en el sur del sur, de lo que proporciona ese medio tan fascinante y generoso como hostil.

Pero los tiempos cambian. Y es más que probable que al pequeño aprendiz de mariscador o de biólogo marino de hoy no le baste ya con la versión léxico antropológica de los bichos, algas y demás parientes caleteros que le transmite su padre, que a su vez heredó de su abuelo.

Ahora, un equipo de expertos del Proyecto BioCaleta, respaldado nada menos que por el Campus de Excelencia Internacional del Mar (CEI-Mar) y la Fundación Biodiversidad, acaba de reunir en la Guía visual de la fauna y flora marina intermareal de La Caleta y roquedos intermareales asociados, una colección de cincuenta fichas de estos animales y algas frecuentes o curiosos en la zona, descritos con rigor científico, pero también con afán divulgativo. La guía está disponible en www.campusdelmar.com

En cada una ellas aparece una ilustración de una especie bajo su nombre científico, con una descripción escueta pero precisa de su hábitat y un apartado con información de interés. Y es en este apartado en el que descubrimos detalle sorprendentes de la vida secreta de los habitantes de La Caleta.

¿Sabían, por ejemplo, que los erizos de mar se reúnen durante la noche y expulsan todos a la vez al agua sus células sexuales, en una especie de orgía reproductiva que tiene lugar entre millones de espinas?.

¿Tenían noticia de que algunas planarias [gusanos planos de mar] son capaces de regenerar partes de su cuerpo en tan solo 24 horas?. ¿O que en La Caleta habita el gusano tubícola de mayor tamaño del Mediterráneo?.

¿Se han topado alguna vez con algún ejemplar de Felimare Bilineata, una babosa de mar de colores inequívocamente cadistas?

¿Saben por qué al Alpheus dentipes se le llama camarón pistola y por qué es una amenaza para el Palaemon elegans, nuestro camarón de siempre, ingrediente fundamental de nuestras tortillitas?

¿Y que el Lipophrys trigloides –una de las especies popularmente conocidas como sapitos– es uno de los pocos peces capaces de respirar fuera del agua?

¿Han visto alguna vez una Bonelli viridis, un gusano de mar en forma de pera o pepino con una trompa que puede llegara a alcanzar más de un metro?

¿Tienen idea de cuál es el verdadero drama de las holoturias o cohombros –perdón, pero quedamos en que eran carajos de mar– cuando se las molesta? Esto se lo contamos: En un episodio que podría calificarse de gore practican la estrategia de expulsar parte de su intestino para alimentar a su depredador y salvar la mayor parte de su integridad física.

La guía coordinada por el investigador Juan Lucas Cervera Currado e ilustrada por Vanessa González Ortiz también desvela secretos de las algas habituales de la zona. Como del Codium tomentosum o ramallo de mar, ese alga comestible con sabor a percebes y rica en vitamina A.

O el de la Ulva rotundata, o lechuga de mar, que en medicina tradicional china se usa como analgésico, para tratar hemorroides, combatir parásitos intestinales y contra el bocio, el asma y la bronquitis. O el del Fucus vesiculosus, que gracias a sus vesículas llenas de gas puede aguantar varias horas fuera del agua y es una importante fuente de alginatos, muy apreciados en la industria farmacosmética.

Además de los ramallos de mar aparecen en la guía algunas especies más de algas, de distribución internacional, pero muy presentes en La Caleta, que tienen también interés farmacológico y/o gastronómico. Como la Pterocladiella capillacea, que constituye una importante fuente de agar, esa gelatina natural de origen marino.

O la Chondracanthus teedei, que se consume en Japón bajo el nombre de shikin-nori.Por supuesto no faltan los moluscos caleteros por excelencia, que son lapas (Patella depressa) ni las estrellas de mar.

Una obra que se ampliará

El día de su presentación en el Centro Andaluz Superior de Estudios Marinos (CASEM), Juan Lucas Cervera explicó que la idea de esta guía surgió de una actividad de del Laboratorio de Investigación Marina (Labimar), instalado en el Castillo de San Sebastián, que consistía en elaborar unas fichas de fauna y flora como herramienta de educación ambiental. “En un futuro esperamos poder aumentar el número de fichas, lo que justificaría una nueva edición ampliada de la guía”, avanzó el coordinador de la obra.

Catedrático del Departamento de Biología de la Universidad de Cádiz, Juan Lucas Cervera es coordinador del proyecto de investigación La Caleta e intermareales rocosos asociados: una ventana permanente al conocimiento de la biodiversidad marina (BioCaleta), financiado por la Fundación Biodiversidad-Ministerio para la Transición Ecológica.

Gracias a esta iniciativa investigadora, los científicos de la UCA han identificado 294 especies animales, frente a las 20 citadas previamente por la bibliografía y/o las bases de datos.

De ellas, nada menos que diez son nuevas para la Ciencia. Entre las especies faunísticas conocidas, dos son nuevas para la fauna ibérica, ocho lo son para la andaluza y 13, para la gaditana.

Además, hay otras 141 muestras faunísticas que debido a su complejidad aún no han podido ser determinadas y que podrían deparar alguna sorpresa más. En cuanto a la flora, identificaron 88 especies de algas, de las que 33 no habían sido citadas previamente en el área de estudio. Una es nueva para la flora marina gaditana.

Otro de los trabajos del proyecto BioCaleta se ha centrado en la caracterización de los hábitats de los roquedos intermareales de la zona y en las creación del embrión de una colección de referencia de la flora y la fauna que será depositada en el Labimar.

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