El Gobierno persigue una fórmula para poner fin a la "protesta y perturbación que algunos quieren imponer" en lo que considera un ataque contra los símbolos que representan "al conjunto de los españoles, a la democracia que los ampara y a la convivencia que comparten". Eso fue lo que ocurrió, según el Ejecutivo, con la pitada al himno y a Felipe VI en los prolegómenos de la final de la Copa del Rey disputada la noche del pasado sábado.

El Gobierno activó los resortes y dispuso de inmediato que la Comisión Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte -más conocido como Comité Antiviolencia- analice el abucheo de buena parte de los aficionados de ambos equipos y diriman si los clubes deben ser sancionados. El entorno del Gobierno no vería con malos ojos que fuera así, máxime cuando sus recomendaciones y advertencias en las vísperas del encuentro a los dirigentes del Barça y del Athletic de que se tomarían medidas si no se respetaba el himno no han sido tenidas en cuenta. Los dos clubes habían recibido antes del sábado una carta firmada por los secretarios de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, y el de Deportes, Miguel Cardenal, en la que se expresaba la necesidad de que ambas entidades hicieran todo lo posible para evitar las ofensas a los símbolos del Estado.

No ocurrió así, y el Comité Antiviolencia analizará los hechos del Camp Nou. La reunión, tiene el objetivo de "proceder a denunciar las actuaciones inconvenientes y, en su caso, proponer las sanciones que fueran procedentes, en aplicación de la vigente legislación, cuyos principios deben ser preservados". Fuentes del Consejo Superior de Deportes indicaron que la cita del comité está prevista para la mañana y que durante la tarde se convocará una conferencia de prensa para informar de las decisiones adoptadas. Cardenal ya advirtió el miércoles que Antiviolencia analizaría "la posibilidad de imponer las sanciones que procedan si se dan hechos contrarios al ordenamiento jurídico", al tiempo que destacó que "todos los himnos, sea cual sea la competición deportiva nacional o internacional que se dispute, deben ser respetados en un ambiente cívico y educado".

Cardenal explicó que en el supuesto de que los aficionados pitasen el himno español existiría "una responsabilidad individual de las personas que puedan llevar a cabo este comportamiento" y que en el "ámbito disciplinario deportivo" la Comisión Antiviolencia "apurará todas las opciones que la legislación concede respecto al organizador del evento y los equipos participantes".

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, llamó ayer al Rey para transmitirle "todo" su apoyo "y el del partido" por la pitada. Fuentes socialistas informaron de que Sánchez expresó a don Felipe "el respeto del PSOE por los símbolos del Estado" y también el apoyo personal al Monarca y "la importancia de mantener el prestigio de las instituciones y los símbolos". Con anterioridad, el PSOE ya había manifestado su repulsa "por los comportamientos incívicos" que se produjeron en la final de la Copa y destacó que la convivencia democrática "exige también respetar los símbolos, incluso por parte de aquellos que no los sientan como propios".

Desde el PP, su vicesecretario de Política Autonómica y Local del PP, Javier Arenas, planteó la posibilidad de introducir cambios legales para que estos incidentes no se vuelvan a producir. Arenas cargó contra el presidente de la Generalitat Artur Mas, porque "una vez más comete un grave error en esa carrera disparatada hacia la radicalidad en la que lleva mucho tiempo".