La Fórmula 1 estuvo muy ligada a la provincia de Cádiz durante los tres últimos lustros del siglo XX, un periodo en el que el recién construido Circuito de Jerez sirvió de escenario a varias carreras y numerosos entrenamientos de la categoría reina del automovilismo mundial. En lo que respecta a las primeras, nada menos que siete grandes premios se llevaron a cabo en el trazado parido gracias, principalmente, al por aquel entonces alcalde jerezano, Pedro Pacheco. El Gran Premio de España se celebró sobre su asfalto los cinco años comprendidos entre 1986 y 1990, para luego añadirse dos ediciones del Gran Premio de Europa, en concreto las de 1994 y 1997. Posteriormente se acabó lo que se daba, aunque desde hace un tiempo la rebautizada meses atrás como Fórmula 2, especie de antesala de la F1, tenga presencia continua en suelo gaditano al estar radicado en Sanlúcar el Racing Engineering, equipo participante en ese campeonato internacional.

En pleno siglo XXI, un curioso proyecto ideado unos meses atrás puede servir para revitalizar en cierta manera la simbiosis de la provincia gaditana y la Fórmula 1. En esta oportunidad no sería para reeditar la competición en la que Sainz, Alonso y compañía pilotan sus monoplazas a altas velocidades sino mediante la participación de estudiantes de Ingeniería de la Universidad de Cádiz en un concurso internacional consistente básicamente en la fabricación de un coche a semejanza de los de la F-1. Cualquiera sabe si de esta aventura saldrá un nuevo Joan Villadelprat, español con gran fama y prestigio en un mundillo de la Fórmula 1 en el que pasó a lo largo de más de dos decenios por las filas de las escuderías McLaren, Tyrrell, Ferrari, Benetton y Prost Grand Prix. En ese prolongado periplo desempeñó diversas funciones, iniciándose como mecánico y acabando de director general.

100.000Euros. Financiación que necesita el equipo gaditano para llegar a competir en buenas condiciones

Fórmula Gades es el nombre elegido para el equipo que surgió con la intención de tomar parte en la Formula Student, también conocida como SAE. Esta nació allá por los años 80 de la anterior centuria como producto de la mente de un profesor de Houston cuya intención principal fue la de motivar a los estudiantes de Ingeniería a desarrollar sus capacidades creativas en la construcción de un monoplaza. Cuenta con el respaldo de ingenieros que ocupan puestos destacados en el ámbito automovilístico profesional y que se encargan de ejercer como integrantes del jurado.

La competición es de periodicidad anual y posee un calendario oficial que no es obligatorio realizar de manera completa, sino que cada equipo participa en las citas que seleccione según sus posibilidades, sobre todo en lo que respecta a la financiación de que dispongan. En este aspecto hay de todo, encabezando habitualmente el ranking de los presupuestos el equipo del Instituto Tecnológico de Massachusetts, que no en vano disfruta del apoyo de la NASA y de Microsoft. Otros países de los que proceden equipos con gran potencial económico son India, Japón, Reino Unido o Alemania, en este último caso con Mercedes, BMW o Porsche funcionando como patrocinadores.

En cuanto a España, se anda en fase de crecimiento. Si hace media docena de años no existían más de cinco equipos, en la actualidad se supera la veintena y otros están en fase de construcción de cara a ediciones venideras. De los de nuestro país destacan los de las universidades Politécnica de Cataluña, Carlos III de Madrid y Politécnica de Valencia, siendo digno de reseñar el gran progreso del ARUS de la Universidad de Sevilla.

El formato de competición está dividido en eventos estáticos, donde lo importante es defender el proyecto en aspectos económicos, de diseño y de plan de mercado, y en eventos dinámicos, donde se lleva al límite el monoplaza para demostrar su eficiencia y fiabilidad, así como su competitividad. Pruebas específicas de aceleración, resistencia y consumo forman parte de estos test dinámicos.

El plan del Fórmula Gades consiste en competir en la parte estática en 2018, en la cita del circuito de Montmeló, y para 2019, si todo marcha perfecto, tener ya listo el coche para participar de modo completo, tanto en estática como en dinámica y doblando presencia en Montmeló y Nurburgring (Alemania) o Red Bull Ring (Austria). Las metas las tienen claras: "El objetivo no es acabar primeros sino superar todas las pruebas, incluida la más complicada, que es la de resistencia y fiabilidad. Si la pasamos, significará que hemos construido un buen coche".

El monoplaza se halla en proceso de diseño y, aunque las fechas resultan solo orientativas, está programado para marzo de 2018 el comienzo del proceso de fabricación por partes. Se calcula que para diciembre de 2018 se afrontará el ensamblaje de todas las piezas. A continuación llegará la fase de test internos, para la que esperan gozar de la colaboración del Circuito de Jerez, que ya se la presta al equipo de la Universidad de Sevilla. Y de ahí, directos a la competición.

Fundamental, cómo no, es la parcela de la financiación. El equipo ganador de 2017 ha contado con un presupuesto de un millón y medio de euros, que le ha dado para presentar tres coches: uno eléctrico, otro de combustión y un tercero autónomo (sin piloto). En el Fórmula Gades se conforman con mucho menos: "Nuestro objetivo económico es más modesto, queremos conseguir 100.000 euros. Con eso creemos que podremos estar en Barcelona en buenas condiciones. Tenemos muchísimo que ofrecer a las empresas porque este es un escenario nuevo que debe servir para incrementar la formación de los estudiantes y futuros trabajadores".

primeros frutos.El trabajo del equipo gaditano se encuentra todavía en las fases iniciales, a la espera del empujón necesario para ir cubriendo las etapas de un proyecto tan interesante. En esta foto tomada en Diario de Cádiz se observa una pantalla en la que aparece un boceto del chasis. Detrás, cinco de los artífices: David Ortiz, Patricia Navarro, Ángel Carballo, Andrea Fernández y Luis Esteban.