Fomento planteó comprar los pisos afectados por la rotonda

Altos cargos del Ministerio de Fomento plantearon la posibilidad, en la etapa de gobierno del PSOE, de que la UTE que ejecuta las obras del segundo puente de Cádiz adquiriese las viviendas que, ubicadas en los bloques de la barriada de La Paz, se encontraban más próximas a la rotonda de acceso a la ciudad de esta nueva infraestructura.

En aquel momento, desde Fomento ya se era consciente del malestar que podía ocasionar entre una parte de la ciudadanía, y más entre los vecinos más cercanos a la zona, la elevación que se le iba a dar a la rotonda para salvar el grado de inclinación con el que llegaba a la ciudad el tablero del segundo puente. Fue entonces cuando se llegó a reflexionar sobre la posibilidad de que la UTE comprase las viviendas más cercanas a esta vía y que, por lo tanto, iban a soportar más las molestias del tráfico. Se consideró entonces que esta mediad evitaría protestas posteriores. Finalmente esta propuesta no se aprobó.

En todo caso, el proyecto del Ministerio de Fomento era aún más agresivo que el que finalmente se ha ejecutado, pues promovía la construcción de un paso subterráneo para unir las avenidas de la Bahía y de Las Cortes de Cádiz. Este diseño era para los técnicos de Fomento, en aquel momento, "esencial para que no se produzcan atascos en el entorno de la Glorieta". Las protestas del Ayuntamiento llevaron a incluir en la propuesta taludes ajardinados para reducir el impacto acústico. El cambio de partido en el Gobierno provocó la modificación en el diseño de la rotonda.

Lo cierto es que cuando se proyectó el nuevo barrio de Astilleros, ya en época del PP y con la previsión de construcción del segundo puente, no se valoró la necesidad de contar con una rotonda más amplia que la hoy existente, lo que hubiera reducido el impacto que va a tener la que ahora se construye y como puede constatar visualmente cualquier ciudadano que visite la zona, siempre más fiel que un simple plano.