Son cerca de 400 los asistentes al Foro de Beijing+15, pero no es difícil dar con Malcolm Ehrenpreis en el trasiego de salas, pasillos y comedor del Palacio de Congresos. El especialista en Género del Banco Mundial es uno de los pocos hombres en la cumbre... y dice estar encantado. Su trabajo se centra en el estudio de la mujer en los países más pobres y comparte mesa de debate con cuatro mujeres representantes de las Naciones Unidas y de los ámbitos de la universidad, la alta dirección empresarial y el sindicalismo.
-Queda mucho por hacer con las mujeres en el segundo y tercer mundo.
-Las mujeres han hecho progresos increíbles en salud y educación en los últimos quince o veinte años, pero en el plano económico, la diferencia con los hombres no ha descendido, sigue igual. En todos los países, la incorporación a los niveles de Primaria ha crecido mucho y la esperanza de vida ha aumentado entre quince y veinte años. Sin embargo, la actividad económica y laboral no ha mejorado y todavía siguen dependiendo, estando detrás del hombre en materias como la propiedad, las finanzas o las herencias.
-¿Es un desarrollo, una injusticia a medias?
-Es injusto, pero también es mala economía. Y se ha demostrado que la economía de género es inteligente y que resulta estúpido no contar con esta reserva de capacidad porque da beneficios a las empresas y también a la sociedad a largo plazo.
-En España, éste es un empeño prioritario, pero ¿es una tendencia común en el mundo?
-Recientemente, España se ha convertido en uno de los líderes mundiales en materia de género. Ha hecho una apuesta fuerte y lo más importante es que no es sólo de palabra, sino de hecho. Es fácil hablar, pero España ha dado un paso adelante y está haciendo un trabajo fantástico y se ha colocado a la vanguardia de la igualdad junto a Escandinavia y los Países Bajos.
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