Cuenta Fernando Santiago en el epílogo del libro Las Torres de la luz y su tiempo que este emblemático icono de la Bahía acaba de ser superado, por primera vez, por otra obra civil de envergadura: el segundo puente. Dos obras que se miran de frente sobre las aguas de la Bahía, y que sin duda marcan y marcarán el paisaje arquitectónico, urbano y cultural de una ciudad que ha sido testigo de dos reconocidas obras de ingeniería de los siglos XX y XXI.

Así lo reconocía ayer la alcaldesa de la ciudad, Teófila Martínez, en la presentación de una obra que ha visto la luz gracias a la Fundación Sevillana Endesa, dentro de los actos conmemorativos de las bodas de plata de esta entidad.

La Casa de Iberoamérica de Cádiz acogió esta concurrida cita, que también contó con la presencia del presidente de la Fundación, Antonio Pascual; el director general de Endesa Andalucía y Extremadura, Francisco Arteaga, así como los autores. Entre ellos, el periodista Fernando Santiago, coordinador de la obra; el arquitecto Julio Malo de Molina, autor de la parte técnica; los historiadores Santiago Moreno -que contextualiza la época de crecimiento que vivía Cádiz- y Javier Osuna -con textos e imágenes del Carnaval de la época-, y el fotógrafo Joaquín Hernández 'Kiki', que aporta impresionantes fotografías.

Juntos han hilado los contenidos de un trabajo de investigación que nació en Quito, explicaba ayer Julio Malo de Molina, cuando Santiago conoció casualmente al hijo de uno de los ingenieros que habían dirigido la obra de las torres de mayor altura del mundo, Remo Scalla. Fue entonces cuando comenzó a rodar una historia de la que apenas existía documentación, pero que los años han nutrido de nuevos testimonios. Del de los propios descendientes de aquellos que hicieron posible esta brillante solución técnica que en su día promovió el INI (Instituto Nacional de Infraestrutura), en un momento en que despegaba la construcción naval en la ciudad. Uno de ellos, Alberto Scalla, asistió emocionado al acto, procedente desde Miami.

Un libro importante, aseguraba Antonio Pascual, "para comprender mejor la historia, costumbres y vivencias de Cádiz de los años 50. Para aquellos que admiramos la ciudad trimilenaria", con motivo de este 25 aniversario de la Fundación Endesa.

Una obra que destacó no sólo por la puesta en escena del valor arquitectónico de estas torres de 156 y 160 metros, respectivamente, sino por "el rigor y meticulosidad" de este trabajo en el que medió el director general del Grupo Joly, Tomás Valiente, presente en el acto, y el periodista Antonio Yélamo.

De las bonanzas de las torres también dijo Malo de Molina que no existe guía de arquitectura que no las cite como hito histórico. Una solución técnica paralela a la de Messina, como autores de aquella que también fueron los ingenieros de Cádiz, Alberto Toscano y Remo Scalla. Torres levantadas "con perfiles cortos y tramos rectos que van creciendo en forma de curva de gran elegancia", añadió el arquitecto.