El Centro de Negocios gestionado por la Zona Franca y alojado en la segunda planta del Casino Gaditano, de propiedad municipal, alberga siete módulos de oficinas independientes con veinte puestos de trabajo, 16 mesas de ‘coworking’ y una sala de reuniones. Su actividad sostiene, además, otros 25 puestos de trabajo indirectos que dependen de las empresas allí alojadas, aseguran sus 36 usuarios.

Recuerdan que se trata del único centro de negocios del casco histórico de Cádiz, donde está generando grandes expectativas, hasta el punto de que hay lista de espera para ocupar algunos de sus espacios. Lo sostiene una inversión pública de 400.000 euros realizada por la Zona Franca, procedente del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder).

Se sostiene gracias a una inversión pública de 400.000 euros que puso Zona Franca procedente de fondos europeos

Hay sociedades mercantiles, trabajadores autónomos, pymes, emprendedores sociales, ‘spin off’ universitarias y despachos de abogados. Entre las actividades productivas que allí desarrollan están los servicios jurídicos, la hostelería y la gastronomía, los propios de una agencia de viajes nacionales e internacionales, la construcción, las nuevas tecnologías, el diseño gráfico, la industria creativa y cultura, la arquitectura, los servicios generales y la fotografía.

Allí conviven laboralmente arquitectos, agentes de viajes, diseñadores, arqueólogos, científicos, abogados, tasadores inmobiliarios, historiadores, gestores de eventos y administrativos, de manera que están impulsando la cooperación entre empresas, proyectos colaborativos, alianzas estratégicas entre sectores y una comunidad de emprendedores, logrando así la dinamización económica y social del edificio.

"Queremos seguir aquí porque funciona bien y es un ejemplo de buenas prácticas"

“Queremos seguir aquí porque necesitamos trabajar con previsiones económicas a medio y largo plazo”, dicen los usuarios. “Porque funciona bien y es un ejemplo de buenas prácticas, porque necesitamos certidumbres y seguridad jurídica, no vaivenes. Y porque un cambio a mitad de año causaría un grave perjuicio a nuestras cuentas de resultados que repercutiría en el empleo y en nuestra credibilidad ante clientes, proveedores y trabajadores”.

"Queremos seguir aquí –argumentan– porque cuando vendemos nuestros negocios, estar en un edificio como este es un factor que incrementa el valor de lo que hacemos y eso es parte de nuestra imagen corporativa. Porque es muy triste que el dinamismo, la pujanza y la actividad económica que tiene este centro pueda ser cerrado por la dejación de dos administraciones”, añaden.

Por último plantean que “la razón de ser de un centro de negocios no es un lugar donde se alojan empresas sino un espacio dinámico y colaborativo donde se hace comunidad y se genera un efecto multiplicador de la economía.