Después de varios años de trámites y requerimientos, de un intento de declararlo en ruina e incluso de la imposición de una multa, el Ministerio de Defensa se ha decidido a rehabilitar el bloque de viviendas para suboficiales que ocupa el número 4 de la avenida Duque de Nájera y el 1 de la calle Ángel (frente al colegio de Santa Teresa). El Instituto para la Vivienda de las Fuerzas Armadas (Invifas) ha adjudicado la redacción del proyecto de ejecución y el estudio de seguridad y salud correspondientes a las obras de reparación y rehabilitación del citado edificio.

En el expediente de Invifas se señalan las necesidades que plantea el bloque de viviendas, en base al informe de ruina que redactaron en diciembre de 2004 José María Cano y Enrique Benito y al que elaboró Vorsevy sobre la estructura del edificio entre julio y noviembre de 2005.

Según señala el anexo de necesidades del pliego de descripciones técnicas del proyecto, el edificio requiere el "análisis de la capacidad portante del hormigón y del estado de oxidación de las armaduras"; también se hace necesario actuar sobre las cubiertas, unificándola y aumentando el nivel de aislamiento mediante la colocación de hormigón poroso o con arlita eliminando la cubierta actualmente inexistente, y de las fachadas, que necesitan "un picado y sustitución de los elementos en mal estado como carpintería y rejas oxidadas y posteriormente enfoscadas con un mortero a cal y un posterior pintado de la misma con pintura impermeabilizante".

También señala el anexo la necesidad de actuar sobre el alcantarillado, "ya que existen problemas en la red horizontal que provoca múltiples atascos", y sobre la red de fontanería (que "hay que actualizarla", según el informe) y de electricidad (cuyo estado se define como "muy deteriorado").

Con estas necesidades principales como base, el proyecto de rehabilitación de este bloque de viviendas contempla una quincena de actuaciones tanto en las zonas comunes como en el interior de cada vivienda.

En el primero de los bloques se requiere el arreglo y consolidación de la estructura horizontal y vertical del edificio; el arreglo e impermeabilización de las cubiertas y la unión de los paramentos verticales; el resanado y pintado de toda la fachada exterior e interior del edificio con la sustitución de elementos oxidados que afecten a su estado, colocando malla en los sitios donde haya fisuras; picado de todo el edificio para aplicarle mortero y pintarlo de nuevo, eliminando las rejas de protección y la carpintería en mal estado; red de saneamiento general del edificio, sobre todo la red horizontal; acometida general de distribución de agua y electricidad; y pintado y resanado de las zonas interiores comunes.

Por su parte, en cada una de las viviendas se sustituirá la solería por una de calidad media, se cambiará la carpintería exterior, se sustituirán las redes de saneamiento, de fontanería y de electricidad en los casos en los que sea necesario, además de instalar un falso techo de escayola en los cuartos de baño y las cocinas "con el objeto de esconder la red de saneamiento horizontal situadas en las plantas superiores".

Todas estas intervenciones tendrán ahora que ser redactadas por el arquitecto madrileño Enrique Peña Álvarez, que ha resultado adjudicatario de este expediente por importe de 40.800 euros. Los trabajos, según señala el pliego de condiciones, deberán realizarse "de acuerdo con las directrices y observaciones marcadas por la unidad técnica" del Invifas y estarán marcados por tres fases sucesivas: los estudios y datos previos (con especial atención a los informes de declaración de ruina y de Vorsevy), el diseño preliminar de la rehabilitación del edificio y el proyecto de la obra.

El Invifas establece un plazo de dos meses para la redacción del proyecto, que fue adjudicado hace menos de un mes. Por tanto, la obra de rehabilitación deberá licitarse antes de final de año.