"Las Cortes de Cádiz no hubieran sido lo que fueron sin la presencia americana"
El estudioso costarricense lleva cinco años rastreando la pista de Florencio Castillo y otros diputados de ultramar · Reconoce que en hispanoamérica el bicentenario empieza a despertar interés ahora
¿Qué hubiera sido de la Constitución de 1812 sin la influencia americana, sin esos diputados, casi aventureros, que se jugaron el pellejo en plena ocupación napoleónica para atravesar medio mundo y aportar su visión liberal cuando la palabra globalización aún no se había acuñado? ¿Qué hubiera sido de las Cortes sin los Mejía Lequerica o Florencio Castillo por ejemplo? Siguiendo el rastro de este último precisamente desde su Costa Rica natal, el sacerdote e historiador Manuel Benavides Barquero emprendió un viaje que ya dura cinco años y que le ha hecho recorrer el universo hispanoamericano en busca de claves, de pistas que desvelar en tres volúmenes que aporten más claridad al nacimiento de La Pepa y a su influencia posterior en la política española y americana.
-¿Cómo surge esta pasión por la Constitución de 1812?
-Soy historiador y trabajé durante ocho años en el pueblo donde nació Florencio Castillo. La gente comenzó a hablarme de él, así que empezó a inquietarme su figura e inicié una búsqueda de datos sobre su persona. Eso provocó que acabara estudiando las Cortes de Cádiz.
-¿Es ésta su primera visita a la ciudad?
-No, ya en 2005 estuve acá revisando los archivos de aquí, en Sevilla el de Indias... ahí estuvo el entronque con toda esta temática, porque, para poder entender a la persona que estaba investigando, tuve que revisar también temas relacionados con las Cortes de Cádiz. Curiosamente, estando aquí, empecé a ver rótulos sobre La Pepa, el 2012, y aquí tomé conciencia de la cercanía de una fecha tan importante.
-¿Esto le ha hecho estudiar a otros diputados americanos que estuvieron presentes en las Cortes de Cádiz?
-En parte sí. Aún no he terminado con Florencio, son tres libros los que voy a escribir de él y me queda por redactar la etapa de su regreso a México. Sí es cierto que su persona me ha obligado a conocer a otros diputados, porque la idea es no ver al diputado en sí mismo sino interpretarlo a través de sus discursos y comprobar qué repercusión tenían sus ideas aquí y en el contexto de centroamérica. Eso obliga a investigar a los enviados de Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, algunos de México, no con el detalle con que estoy haciéndolo con Florencio Castillo pero sí dándole la importancia que merecen.
-Ciertamente hay historias apasionantes, como la de Mejía Lequerica, un hombre joven, ilustrado, que recorre América para acabar en Cádiz, donde muere víctima de una grave enfermedad y donde se conserva su testamento en el archivo municipal.
-Exactamente, y un personaje interesantísimo además, como también Inca Yupanqui, por ejemplo, suplentes pero con un papel importante.
-¿Qué cree usted que aportaron estos diputados de ultramar a la Constitución del 12?
-Ahorita no le puedo precisar qué investigador es el que dice que las Cortes de Cádiz no hubieran sido lo que fueron sin la presencia americana, y lo dice no con el sentido de 'vamos a cambiar los papeles porque el autor de todo esto fue América', no. Sino que la realidad de los territorios de ultramar enriquecieron la temática. No hay que olvidar que muchos de estos diputados era gente bien formada, catedráticos algunos, como Florencio Castillo, que lo era de filosofía, que tienen conocimientos del liberalismo español del siglo XVIII, digamos la ilustración española etcétera, y vienen a aportar con esas ideas que nacieron acá a nivel teórico aplicadas a la realidad americana. Entonces, enriquecieron las discusiones de las sesiones, la oratoria, las ideas por ejemplo en temas como la igualdad, los indígenas, los negros, las castas, el libre comercio... Es interesante cómo personajes de acá, como Argüelles por ejemplo, se ven obligados a reflexionar más profundamente sobre su pensamiento al estar escuchando las posiciones americanas.
-Se puede decir que abrieron el panorama.
-La discusión de las ideas enriqueció un montón. Repito, no porque América trajera la idea original, sino porque con su realidad obligó a replantear las mismas ideas de acá pero enriqueciendo leyes, porque muchas de las leyes de la Constitución y decretos y órdenes de las Cortes nacen por iniciativa americana.
-¿Por ejemplo?
-Pues sin ir más lejos la figura de las Diputaciones Provinciales se debe a un diputado mexicano y es una nueva manera de organizar los gobiernos locales.
-Actualmente, aparte de su investigación, ¿hay otros historiadores que se estén dedicando a los orígenes de La Pepa?, ¿se le está dando importancia a este Bicentenario y al de la Constitución de Ecuador, que fue la primera de Sudamérica?
-En lo que yo he podido observar el tema no está siendo muy tratado. Ahorita sí, pero, lamentablemente, con una perspectiva de tiempo muy corta. Siento que durante este tiempo se haya enfatizado más sobre la independencia de Sudamérica.
-Se ha personalizado más en figuras como Simón Bolívar o José San Martín, ¿no?
-Exactamente, y yo lo siento porque, si bien son hechos que también hay que celebrar, se empobrecen en su sentido al olvidarse de la etapa de Cádiz. Los diputados que vinieron de allá son reflejos de un pensamiento que estaba ya desde décadas atrás, y eso es importante estudiarlo para entender qué pasó con nuestros países, ¿por qué se independizaron, cómo fue el proceso realmente?
-¿Se sabe el número de diputados americanos que estuvieron en las Cortes?
-En eso hay mucha discusión, pero se habla de unos 64. Hay que destacar que se jugaban la vida en un viaje de meses o aquí en Cádiz, ya que había peligro de pestes o de encarcelamiento si alguno no calculaba bien su discurso y manifestaba ideas contrarias al progreso.
-¿Piensa volver a Cádiz en 2012?
-Mi sueño es estar acá el 19 de marzo para gritar bien fuerte con ustedes Viva La Pepa.
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