Cádiz| Reforma constitucional

“La Constitución necesita una reforma social: hay derechos no garantizados”

  • Francisca Sauquillo y Ana María Ruiz Tagle presentan en la Asociación de la Prensa de Cádiz, en primicia, el último número de ‘Tiempo de Paz’

“Cuarenta años después, algunos quieren olvidarla y otros piensan que para qué hay que reformarla. Hay otros que no quieren tocarla por miedo a que se puedan introducir asuntos de igualdad entre hombres y mujeres y con respecto a la monarquía. Otros lo temen por el tema territorial. Nosotros vemos necesaria su revisión, su reforma social, pero sabiendo qué queremos revisar y previa discusión de los cambios que ha habido en estos cuarenta años”.

Quien habla es Francisca Sauquilllo, presidenta de Movimiento por la Paz, una organización nacida en 1984, en plena crisis de los euromisiles y la amenaza de la guerra nuclear, que desde entonces edita Tiempo de Paz, una revista de carácter científico, referente universitario en los Derechos Humanos. Desde este año, la ONG trabaja también desde Cádiz, fundamentalmente con refugiados llegados hasta nuestras costas.

Junto a la diputada constituyente Ana María Ruiz Tagle, Sauquillo ha presentado hoy en la Asociación de la Prensa de Cádiz, en primicia, su número 129, un especial dedicado a La reforma social de la Constitución Española. En el acto estuvo,entre otros activistas de los derechos humanos y militantes socialistas, la ex diputada del PSOE por Cádiz y ex parlamentaria europea Carmen Romero.

Salud, vivienda, educación e igualdad deben estar en el Título Primero

Pero, ¿qué entiende Movimiento por la Paz que es necesario reformar? “Todos los temas sociales no están en el Título Primero, que es donde se garantizan los derechos fundamentales y donde se dice cómo se tienen que aplicar. En el Título Tercero no están garantizados. Y entendemos que el derecho a la salud, a la educación, a la vivienda, a un medio ambiente saludable, a la protección de los mayores y a la igualdad entre hombres y mujeres, entre otros, deben estar plenamente garantizados”, explica la histórica abogada laboralista, política socialista y activista de los derechos humanos.

“La Constitución de 1978 nos abrió un amplio horizonte; salíamos de la dictadura, habíamos luchado por la democracia y las libertades y la Carta Magna plasmó todo lo que significó: libertades, derechos humanos y derechos sociales. Pero cuarenta años después, creemos que hay que reformarla porque las nuevas generaciones viven hoy una realidad diferente a la que vivimos en el 78”, insiste Sauquillo.Entre otros asuntos que hay que introducir o reformar cita las ONGs, los derechos de las personas discapacitadas del artículo 49, los problemas relacionados con el envejecimiento o el papel de la mujer, “que se cita en la Constitución dos veces, pero que ha cambiado mucho”.

Las nuevas generaciones viven hoy otra realidad distinta a la de 1978

A juicio de Ana María Ruiz Tagle el reto está ahora en que las generaciones que no votaron la Constitución del 78 debatan y se pronuncien sobre ella, como base previa de una reforma que debe perseguir que se cumpla el principio de igualdad, una vez logrados derechos y libertades.

Este número de Tiempo de Paz, que dirige Carlos Fernández Liesa, está coordinado por Rafael de Lorenzo, secretario general de la ONCE. En él escriben el propio De Lorenzo, José Carlos de Bartolomé Cenzano, José Antonio Montilla, Gregorio Cámara Villar, Ana Barreira, Leonardo J. Sánchez-Mesa, Amalia Balaguer, Carme Trilla, Fernando Flores, Luis Javier Mieres y Cristóbal Molina.

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