Iba camino de celebrar los cuarenta años. Pero la crisis y la jubilación de algunos de sus propietarios ha dado de bruces con esa posibilidad. La cervecería y marisquería Joselito, en la confluencia de San Francisco con Nueva, ha cerrado sus puertas para siempre, perdiendo así la ciudad otro de sus locales con mayor tradición.

Uno de los propietarios del establecimiento, Rafael Álvarez, explicaba ayer que la jubilación de dos de sus hermanos (son cuatro propietarios) por motivos de salud ha acelerado los acontecimientos en este local. "Ahora, con dos de los propietarios jubilados, se hacía más complicado mantener el establecimiento", decía ayer uno de los hermanos Álvarez e hijo del fundador de Joselito, José María, quien explica que se hacía necesario contratar a más personal al faltar dos de ellos. A esta circunstancia se une la crítica situación que está atravesando el sector de la hostelería, como el del comercio y el de otros tantos colectivos, con una considerable bajada de la actividad y a la vez con una importante pérdida de clientes.

Pese al cierre de la cervecería, la firma Joselito seguirá atendiendo al público en el local de la avenida Ramón de Carranza, donde está ubicada la terraza. Rafael Álvarez explica que allí se mantiene la misma carta de productos y de platos que en la marisquería, como ya se hacía hasta ahora.

Hace un tiempo, Joselito intentó mejorar la caída de resultados ampliando su horario de apertura a las mañanas, donde comenzaron a servir desayunos (cosa que siguen haciendo actualmente en Ramón de Carranza). Pero finalmente, la delicada situación económica del momento se ha unido a la jubilación por enfermedad de dos de los propietarios, no pudiendo mantener abierto el negocio que José María Álvarez abriera en 1975.

Por el momento, no se conoce qué uso tendrá en el futuro el local que deja libre Joselito (y que al parecer ha adquirido ya un conocido comerciante de la ciudad), aunque todo hace indicar que la actividad hostelera será la que se mantenga en esta esquina de San Francisco, que ha perdido a uno de los referentes hosteleros del casco antiguo después de casi cuarenta años abierto al público.