Todo por el Carranza
Crónicas del Trece
El Ayuntamiento celebra Pleno para aprobar las Cuentas de 2009, entre las que se incluye un ambicioso plan de inversiones, por su cuantía, que intenta dar respuesta a la crisis económica. El problema es que más del 60% de la partida se dedica a un solo proyecto: la reforma del Carranza
La mayor preocupación que, hoy por hoy, tiene la ciudad de Cádiz es concluir la obra del estadio Carranza. Lo es para los políticos que promueven esta obra, y lo es para gran parte de la ciudadanía, que la aceptan sin rechistar.
Hoy, la mayoría absoluta que disfruta el Partido Popular en Cádiz sacará adelante el Presupuesto Municipal para 2009. Frente al retraimiento económico de otros ayuntamientos, agobiados por la crisis, el de la capital es un presupuesto valiente que apuesta por las inversiones y que es capaz de incrementar el gasto gracias, fundamentalmente, a la buena gestión de las cuentas municipales de la última década.
Hoy se aprobará un presupuesto que dedicará a inversiones más de 60 millones de euros, cifra a la que habrá que añadir los 26 aportados por el Estado y la Junta y una cantidad indeterminada puesta sobre la mesa por los Fondos Europeos gracias al Plan Urbana, conseguido hace unos meses por el mismo Gobierno local. Con todo, una cifra que rondará los 100 millones dedicados a la inversión en la ciudad, una cifra inimaginable en tiempos de crisis que debería de traer el optimismo a una población que depende demasiado del gasto público para salir adelante.
Sin embargo, hay un 'pero': dos terceras partes del gasto anunciado por el Ayuntamiento tiene un único compromiso final: completar la remodelación del estadio Carranza. Son 40 millones de euros para terminar la Tribuna y cerrar así una obra en la que se han invertido unos 90 millones procedentes de las arcas públicas.
¿Qué lleva al Gobierno del PP a gastar tal cantidad de dinero en una operación cuyo beneficio ciudadano es más que dudoso, o por lo menos a expensas de la situación liguera de un club de fútbol? ¿Puede permitirse esta ciudad, a tres años del 2012, dedicar el 65% de sus inversiones a un equipamiento que sólo va a ser disfrutado por una empresa privada que no pone ni un euro en la operación y que incluso lo reclama para compensar el retraso de la obra?
Si la respuesta es que el Gobierno municipal destina 40 millones al estadio porque a quienes elaboran el Presupuesto no se les ocurre dónde gastarlo, desde aquí estamos dispuestos a aportar una infinidad de actuaciones urbanas muy necesarias para la ciudad y de evidente interés para los que habitamos en ella que podrían salir adelante con ese dinero.
Lo peor es que puede ser una razón puramente electoral la que lleve al Gobierno municipal a afrontar esta obra, lo cual sería aún más preocupante pues prevalecería el interés de los diez mil gaditanos que cada quince días van al campo sobre el resto de los 127.000 gaditanos. No entramos en un tercer supuesto: el de la torpeza política, pues en los trece años que lleva el PP gobernando la ciudad ha dado numerosas muestras de buen hacer político en cuanto a mejora de la trama urbana se refiere y de ideas lógicas para gastar millones de euros.
Preocupa, aunque no extraña, el silencio ciudadano que ha aceptado sin rechistar este vergonzoso capítulo del plan inversor. Después habrá quien se queje de que se considere a los gaditanos como individuos pasivos a la hora de defender los intereses de la capital... Incluso la oposición, que ha rechazado estos 40 millones, podría haber mostrado más arrojo en sus críticas, más preocupados en cuestiones secundarias.
En esta historia vuelve a demostrarse la valía de los políticos que tienen los pies en el suelo y el corazón en los intereses de la comunidad. La Zona Franca, que se ha encargado de gestionar las anteriores fases del Carranza, ha dejado claro que ni es el momento ni es la forma de sacar adelante la última fase y pide su retraso al menos hasta 2010. La operación de ventas de locales para oficinas apenas si se ha salvado gracias a las administraciones, pero ¿qué pasará cuando éstas se vayan? Lo que en un primer momento desde el Ayuntamiento se decía no iba a costar un euro al contribuyente puede acabar siendo un boquete económico considerable.
El nuevo año se presenta para Cádiz como vital. Inmerso el país en una profunda crisis económica, con una tasa de desempleo de nuevo desbordada, con escasa inversión privada siempre limitada por partida doble en la capital por su falta de suelo, el dinero público se presenta como la única fórmula posible de mantener el ritmo de crecimiento y modernización de la última década. Ante el despropósito del Carranza, sólo nos queda celebrar allí todo el 2012 para aprovechar lo invertido.
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