Técnicos del Ayuntamiento de Cádiz evalúan los daños producidos en uno de los ficus del antiguo Hospital de Mora después de que se rompiera una rama de uno de los árboles. Según la primera inspección, el propio peso de la rama y la fuerza del viento de Levante de estos días atrás están entre los motivos del despredimiento de esta parte del árbol, que no llegó a caer.

Tres expertos arboristas analizarán también el estado del ficus para comprobar que el árbol esté en perfectas condiciones.

Fuentes municipales han señalado sobre el estado del ficus que "se ha asegurado la rama con cuerdas y la semana que viene vendrá una grúa de gran calibre para poder retirarla. También vendrá otro arborista experto (el encargado de llevar a cabo el plan director de arbolado) para analizar mejor la rama y llegar a más conclusiones, ya que la madera parece hidratada pero presenta unas pequeñas podredumbres interiores que con la oscilación del fuerte viento han provocado la rotura de las fibras".

Unos ficus con historia en Cádiz

Los dos ficus de la glorieta de Carlos Cano fueron plantados a la vez, mientras se construía el nuevo hospital de Cádiz a principios del siglo XX, pagado íntegramente por José Moreno de Mora. Con el paso del tiempo tanto al centro sanitario como a los dos árboles se les conocerá por el apellido del benefactor gaditano.

El hospital dejó de serlo para transformarse en la Facultad de Económicas mientras los dos ficus seguían un proceso de crecimiento espectacular. Hay fotos de 1903 donde la fachada del Moro se visualiza con toda su amplitud. Décadas más tarde, ésta se oculta ya tras los gruesos troncos y extensas ramas de los ficus ya crecidos.

La edad y el efecto perverso de la circulación que transitaba cerca hace un año llegó a la concejalía de Medio Ambiente a plantear a la de Urbanismo la necesidad de adoptar medidas para evitar la decadencia de estos dos árboles.

Así, se inició el proceso de elaboración de un proyecto de peatonalización de esta glorieta. El plan consistía en eliminar la zona de paso de taxis, y por el que se cuelan otros vehículos, y eliminar el concepto de glorieta para convertir esta trama urbana en una gran plaza peatonal. Con ello se liberaban a los ficus de la contaminación que produce la cercanía de estos vehículos.