Un lugar más en el que los fumadores tendrán que retener su adicción a la nicotina: la playa. La recién aprobada y publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) Ley de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular indica que, para prevenir la generación de residuos, las autoridades competentes deberán adoptar medidas para "frenar la generación de basura dispersa en el medio marino como contribución al objetivo de desarrollo sostenible de Naciones Unidas consistente en prevenir y reducir considerablemente la contaminación marina de todo tipo. Con este fin, a partir de la entrada en vigor de esta norma, los Ayuntamientos podrán regular las limitaciones de liberar globos de forma intencionada y de fumar en las playas, que se podrán sancionar en las Ordenanzas Municipales con arreglo al régimen de infracciones y sanciones de la presente ley".

Las colillas que se depositan en la arena suelen terminar en el mar.

De esta manera, ahora quedará en manos del Ayuntamiento de Cádiz la posibilidad de prohibir que se fume o bien en la totalidad de las playas de la ciudad o bien sólo en algunas de ellas, ya que la ley habla de la posibilidad de "limitar". 

Muchas de las colillas que se arrojan en la arena terminan por llegar al mar por los efectos de las mareas y no hay que olvidar que este residuo puede desprender arsénico o níquel en el agua y un aumento artificial de sus cantidades habituales podría resultar nocivo para las especies oceánicas.

Se prohibe liberar globos de forma intencionada

Resulta también peculiar el apartado de la ley en el que se deja igualmente clara la prohibición o limitación de "liberar globos de forma intencionada", ya que un gesto tan inocente como ese puede provocar graves consecuencias medioambientales. La ley tiene en consideración que una proporción muy elevada de los globos que se dejan libres de manera intencionada caen al mar sin reventar y quedan flotando en el agua. Allí, los rayos del sol acaban decolorando el plástico hasta volverlo transparente, como la gelatina que forma el cuerpo de una medusa.

Se da la circunstancia de que las tortugas marinas, también en peligro de extinción, sienten una especial atracción por las medusas, de manera que pueden confundir los globos de plástico, ya decolorado pero todavía hinchado con una de estas medusas, de manera que no dudarían en comérselas, algo que le podría provocar la muerte.