Cádiz oculto

La ruta de los pueblos malditos

  • Un recorrido por aldeas, pueblos y enclaves que quedaron abandonados en distintos puntos de nuestro país y que al pasear por ellos, sugestionan al más escéptico

Vista del poblado de Sancti Petri.

Vista del poblado de Sancti Petri. / Sonia Ramos

Hay un asunto que me fascina y preocupa a partes iguales: los caseríos deshabitados. No solo me interesan por el misterio que envuelve a algunos de ellos, sino también por la desertización de las zonas rurales, a menudo debido a que el progreso ha olvidado estos enclaves, donde, en un determinado momento, se hizo imposible vivir porque estaban prácticamente aislados o carecían de los servicios básicos. Los jóvenes se marcharon a las ciudades para prosperar, los ancianos fueron muriendo, y los pueblos, antes con vida, se quedaron en un silencio solo roto por el ulular del viento entre sus ruinas. Visité Arco, en Cáceres, cuando solo vivían dos personas muy mayores, fui a Villacadima, en Guadalajara, cuando Nadine, que se había instalado allí en los años 70, poco tiempo después de quedar abandonado, al fin consiguió agua corriente, y estuve en Navalquejigo, Madrid, cuando un movimiento okupa lo recuperó durante poco tiempo con actividades de todo tipo… Y son solo uno muestra de las decenas que se reparten por todo el país, por suerte algunos recuperados por herederos al menos para estancias vacacionales, pero otros, en cambio, ya están completamente desaparecidos, como el valenciano Domeño, del que solo queda el cementerio y que cuenta con su historia paranormal: "Y los muertos también", recogió David Garcés en una psicofonía.

Durante muchos años he recorrido aldeas, pueblos, enclaves que una vez tuvieron su ajetreo diario… He paseado por calles solitarias en caseríos de Galicia, Asturias, Aragón, Cataluña, Madrid, Valencia, Andalucía… Un lugar abandonado evoca muchas cosas y sugestiona al más escéptico. ¿Cómo no estremecerse por entre las ruinas del zaragozano Belchite, masacrado en la Guerra Civil y con una amplia leyenda de fantasmas, psicofonías bélicas incluidas? ¿Cómo no maravillarse en Pardos, también en Zaragoza, no ya solo por el espectacular enclave en el que se encuentra, sino también por la leyenda de su "ojo", una laguna que apareció, de un rato a otro, donde antes había un huerto? ¿Cómo no sentir un escalofrío en Ochate, Burgos, donde se dice que han desaparecido varias personas y se han visto figuras espectrales, o en La Mussara, Tarragona, con su enigmática Villa del Seis, a la que se accede desde un portal dimensional, o en La Cornudilla, Valencia, con su casa del ruido?

Cuenta una leyenda, no demasiado extendida, que en Sancti Petri se veía el fantasma de una niña

Pero estamos en Cádiz, y en Cádiz también tenemos historias para no dormir relacionadas con caseríos abandonados. Por desgracia poco queda ya de Sancti Petri, el poblado almadrabero de Chiclana de la Frontera frente a la isla del mismo nombre. En su época de mayor esplendor, Sancti Petri tuvo médico, cine, escuelas, iglesia… A finales de los 70 quedó abandonado y, poco a poco, como sucede en la mayoría de los despoblados, el pillaje hizo estragos, no solo con los enseres y el mobiliario que aún quedaba, sino que los vándalos destrozaron puertas, ventanas, muros... Y aquel bonito caserío pasó a ser un cúmulo de ruinas que vino muy bien a ciertos sectores. Cuenta una leyenda, no demasiado extendida, que en Sancti Petri se veía el fantasma de una niña en la parte superior de la casa más grande la plaza, pero esta historia es apenas un rumor, como tantas otras… A esta aparición se suma el caso de un supuesto monstruo que surgía del caño y del que los lugareños llegaron a ver enormes huellas, noticia que llegó incluso a las páginas de Diario de Cádiz. ¿Se trataba de un monstruo anfibio o de un alienígena? ¿Un bromista o una equivocación de los testigos que creyeron ver pisadas donde no las había? Es un misterio, como tantos otros que pululan por la geografía gaditana, no solo referentes a espectros, sino también a criaturas extrañas, como ese ser con aspecto vegetal que unos testigos aseguraron haber visto en una zona boscosa de Chipiona… Como podemos comprobar en estas entregas de Cádiz oculto, en nuestra tierra hay fantasmas, monstruos y extraterrestres para dar y regalar.

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