El Banco JP Morgan junto con Barings, Cheney Capital y Bain se ha hecho con el control de las acciones de la naviera Artra (Armas Trasmediterránea).

Ha sido el periódico El Confidencial, quien ha informado de este paso, en el que «JP Morgan, Barings, Cheney Capital y Bain Capital se convertirán en los accionistas mayoritarios de Naviera Armas Trasmediterránea, la mayor compañía marítima española de transporte de pasajeros. Los cuatro fondos de private equity han acordado recapitalizar el grupo canario para solucionar sus urgentes problemas de liquidez, que habían puesto en riesgo el cumplimiento de sus obligaciones con los acreedores, los proveedores y los 2.000 empleados».

«A falta del cierre de los últimos flecos, estos fondos de capital riesgo, que ya rescataron en 2021 a Armas Trasmediterránea, aportarán cerca de 50 millones y condonarán parte de los 375 millones de deuda que atesoran. En la anterior refinanciación, estos acreedores facilitaron a la compañía canaria 100 millones de liquidez y otros 70 para financiar el capital circulante. En total, 170 millones que, junto con la conversión en acciones de bonos por 250 millones, les dieron la titularidad del 49% de los derechos políticos (acciones Clase A) y cerca del 60% de los derechos económicos (Clase B)», según ha estado explicando estos días El Confidencial a través de su web.

Según la prensa especializada del sector marítimo, queda aún un largo entramado de sociedad que desenmarañar: Terminales Marítima Armas, S.L.; Marítima de las Islas, S.L.; Anarafe, S.L.; Marítima de Barlovento, S.L.; Marítima de Sotavento, S.L.; Naviera de Jandia, S.L.; Estudios y Consignaciones, S.L.; Bahía de Las Isletas; y esa supuesta propiedad de cinco de los barcos de la compañía que la familia Armas mantiene en propiedad y arrienda a la naviera.

En todo este entramado de titulares parece que la compañía Balearia, operador de ferries de pasajeros y mercancías líder en el mercado balear y en las rutas de la Península con el norte de África, se postula ya como posible comprador del paquete mayoritario de Armas Trasmediterránea. Así, lo anunciaba estos días el presidente de la compañía con sede en Dénia, Adolfo Utor, quien ha precisado que el interés se centra sobre todo en el negocio de la naviera en Canarias, lo que incluiría tanto las rutas interinsulares como los activos con los que opera esas rutas.

¿Tiene algo que temer el puerto de Cádiz?

Ahora se abre un margen de temor o de duda sobre las consecuencias que todos estos movimientos accionariales podrían tener en los tráficos portuarios entre las Islas Canarias y la península. 

No hay nada que temer, al menos en un principio, ya que la línea entre Cádiz y el archipiélago canario está mantenida en buena parte por la subvención estatal que ha de velar por que una naviera, sea la que sea, garantice una línea regular de comunicación y transporte, aunque ésta fuera deficitaria, algo que no ocurre.

Fuentes del sector portuario confirmaban este lunes este extremo a este periódico, de la misma manera que daban peso a la afirmación de que sea Balearia, naviera presidida por Adolfo Útor, uno de los empresarios más serios y solventes del sector portuario español, la que pudiera estar ubicada en la parrilla de salida a la espera de que JP Morgan sirva finalmente de enlace financiero y consiga blanquear el presente y el futuro  de Trasmediterránea después de haber pasado por la familia de los Entrecanales y, ahora, por las manos de Antonio Armas.

En el horizonte del sector podría salir a relucir igualmente el nombre de Vicente Boluda, que cuenta ya con la titularidad de la terminal de contenedores del puerto de Cádiz, como posible aspirante a hacerse con las acciones que JP Morgan ponga a la venta después de finiquitar la operación con Armas, pero esta afirmación pierde pronto valor, según indican fuentes del sector bien informadas.

Según las mismas, Boluda se encuentra perfectamente asentada en Cádiz, con un mercado boyante y un futuro brillante a meses vista de que se inaugure la futura terminal de contenedores, sobre todo gracias a los buenos resultados que está obteniendo su proyecto Daily Canarias, que ha llevado a Cádiz a vivir uno de los mejores momentos de su historia en el tráfico de mercancías entre el puerto gaditano y el archipiélago canario, con, como mínimo, un portacontenedores diario, que en muchos momentos de la semana se multiplica por dos e incluso por tres. De ahí que su entrada en el accionariado de Armas no tendría demasiado sentido.

Balearia, por contra, sí conseguiría entrar en Cádiz, que es una de las aspiraciones históricas de Adolfo Útor que, por fin, podría hacer realidad.