Os calamares rellenos, sobre todo en su modalidad de acompañados de una fritá de papas, son un plato de esos que te pueden dejar un recuerdo inolvidable, como la primera película que viste del Oeste.
Estos que ponen en La Venta La Higuera, en la zona comercial de El Colorao, son de esos que entran en la categoría de güenos, güenos. Vienen metios en amarillo y la salsa requiere dedicarse a ella con buenos miajones de pan.
En cuanto al cefalópodo propiamente dicho va relleno a la vieja usanza arrejuntando los bigotes del calamar con carne de ternera, todo refrito con un poquito de vino.
De guarnición nada de pamplinismo, desde luego: unas buenas papas fritas, en su inmejorable estado de rubio natural.
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