Augusto Conte Lacave, un erudito del siglo XX en Cádiz
Retrato de otra época
En su biblioteca, actualmente en la Fundación Unicaja, reunió 16.000 volúmenes
En muchos de los libros que escribió y en sus conferencias reflejó su pasión por la historia
El insigne gaditano Augusto Conte Lacave, bibliófilo, escritor y académico, nació el 16 de marzo de 1900 y quedo huérfano de padre y madre siendo aún niño. Una tía suya se lo quiso llevar a Florencia donde ella residía, pero tras un consejo de familia donde intervino el despacho de Antonio Maura, Augusto permaneció con sus tías de Cádiz. Ellas y su tutor legal, Juan Gualberto Pemán Maestre, decidieron que cursara sus estudios en el colegio de San Felipe Neri.
En 1916 se marchó a la Universidad de Sevilla a estudiar la carrera de Derecho y después de Filosofía y Letras, tanto en Sevilla como en Granada. Sus profundas creencias religiosas le llevaron a participar en varias instituciones y asociaciones religiosas. Entre ellas, ingresó como miembro de la congregación de Santa María Inmaculada en el Oratorio de la Santa Cueva. También fue hermano mayor suplente de la hermandad del Carmen y participó activamente en los actos del bicentenario de Beato Diego José de Cádiz, a quien profesaba una gran devoción.
En 1921 se incorporó al ejército como soldado en la comandancia de artillería de Cádiz, siendo ascendido a sargento el 15 de agosto de 1922.
Al año siguiente ingresa en la Real Academia Hispano Americana de Ciencias, Artes y Letras con su discurso ‘La leyenda negra en la primera mitad del siglo XIX’. Le contesta el escritor José María Pemán.
El 22 de marzo de 1926 es nombrado por el alcalde Agustín Blázquez concejal corporativo, cargo que cesa a petición propia el 14 de julio de 1927.
El 15 de octubre de 1927 contrae matrimonio en la iglesia parroquial de Santiago de Jerez de la Frontera con María Inmaculada Domecq Rivero. El matrimonio tuvo 11 hijos: Guadalupe, Augusto, Ignacio, Bernardo, Diego, María del Carmen, María del Pilar, Teresa, Francisco Javier, Juan y José Luis (este último moriría antes de cumplir un año).
En 1937 fue nombrado miembro del Consejo de Administración del Monte de Piedad y Caja de Ahorros, así como secretario y gestor municipal del Ayuntamiento de Cádiz. En 1938 fue nombrado, además, delegado específico de jardines y ese año impartió clases en la Escuela Naval de San Fernando.
El 4 de enero de 1939 pasó a ser jefe de la delegación de cultura del Ayuntamiento de Cádiz, y creó una delegación especial para la reorganización del archivo, la biblioteca y el museo municipal. Ese mismo año ocupó el cargo de secretario general de la Real Academia Hispano Americana de Ciencia, Artes y Letras.
Su gran pasión fueron los libros y llegó a reunir en su biblioteca más de 16.000 volúmenes. En muchos de los libros que escribió reflejó su gran amor por la historia; entre otros, ‘El ataque de Nelson a Cádiz’ y ‘Cádiz del seiscientos.
Fue muy activo en la corriente cultural de la segunda mitad del siglo XX en Cádiz, junto a otros como Álvaro Picardo, José María y César Pemán, Cayetano Ruiz, Manuel Accame o Ramón Grosso. Ingresó en el Ateneo de Cádiz siendo muy joven.
Colaboró como articulista de Diario de Cádiz durante 20 años. Entre sus muchas condecoraciones está la gran cruz del mérito naval de segunda clase con distintivo blanco.
Sus descendientes se encuentran repartidos principalmente entre Cádiz, E Puerto de Santa María y Madrid.
Agradecimiento por la colaboración en el artículo y las fotos a Augusto Conte Bragado y Pili Castro Conte.
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