La decisión de José Moreno de Mora de donar a la provincia de Cádiz un moderno hospital fue acogida por todos los gaditanos, como es natural, con la natural alegría. En la tarde del 13 de enero de 1900, una imponente manifestación popular partió de la plaza de San Juan de Dios para llegar al domicilio de Moreno de Mora, en la calle Ancha, y agradecer la generosa donación.
Ese día cerraron los comercios y las fábricas para que todos los vecinos estuvieran presentes en la manifestación de gratitud. El Ayuntamiento acordó que un retrato de Moreno de Mora figurara en las Casas Consistoriales y acudió bajo mazas a saludar al generoso donante. En los días posteriores, todas las sociedades y círculos de la ciudad, tanto oficiales como privados y sin excepción alguna, acudieron a testimoniar su gratitud a José Moreno de Mora.
El lugar elegido para levantar el nuevo hospital era el antiguo cuartel de San Fernando, en las Barquillas de Lope, que en esos años era propiedad del Ministerio de la Guerra y que lo tenía destinado a Cuartel de Ingenieros. De inmediato comenzaron las gestiones para la cesión de los terrenos. El gobernador militar, duque de Nájera, acogió la idea con agrado y ofreció gestionar el asunto en Madrid.
En efecto, el 1 de marzo de 1900 la Reina Regente firmaba una Orden cediendo al Ayuntamiento de Cádiz el antiguo cuartel de San Fernando, debiendo el municipio “abonar la cantidad en que el citado edificio ha sido valorado”. La llegada a Cádiz de la citada Orden fue motivo de nuevas manifestaciones de alegrías. El Ayuntamiento ordenó que una copia de la misma fuera llevada al domicilio de Moreno de Mora y fijó para el miércoles 7 de marzo a las tres de la tarde la solemne ceremonia de entrega del edificio. Mientras tanto, la Comandancia de Ingenieros valoró el solar del cuartel en 4.510 pesetas y 98 céntimos, mientras el edificio y sus materiales fue valorados en 44.100 pesetas.
La jornada prevista para la entrega prometía ser un gran acontecimiento para la historia de la ciudad. En varios carruajes salieron del Ayuntamiento el alcalde Miguel de Aguirre, los concejales Luis José Gómez Arámburu, Juan Aramburu e Inda, Francisco Clotet y Miranda, Fernando González de Peredo y Emilio Freire; el secretario Pró; el síndico José de Bedoya, el letrado Álvarez Ossorio y el notario Clavero. En la puerta del cuartel de San Fernando estaban cientos de curiosos queriendo conocer los pormenores de la construcción del nuevo hospital.
Al frente de la comisión militar estaba el jefe coronel de Ingenieros Florencio Caula, acompañado del Comisario de Guerra y del administrador Militar. Caula era un veterano de la guerra carlista y que había sido herido en Las Lomas de San Juan durante la defensa de Cuba frente a los Estados Unidos. Recuperado de sus heridas fue destinado a Cádiz como Jefe de Ingenieros.
El alcalde manifestó a su llegada que acudía para tomar posesión del cuartel y entregar las llaves a continuación a Moreno de Mora, para que la obra del hospital pudiera comenzar sin dilación. El coronel Caula manifestó su total conformidad, si bien el Ayuntamiento debería primero hacer entrega de las 48. 610 pesetas y 98 céntimos, importe de la valoración y que exigía la Orden firmada por la Reina.
El municipio no tenía una peseta en sus arcas. El alcalde intentó convencer a Caula para que entregara el edificio haciendo constar que el pago se efectuaría más adelante, ya que se trataba de la construcción de un benéfico hospital, pero el coronel se mostró inflexible. Sin dinero no había entrega.
El alcalde, sus acompañantes y el numeroso público asistente tuvieron que abandonar el cuartel. Aguirre marchó al Gobierno Militar para hablar con el duque de Nájera y solucionar el asunto. El gobernador militar, muy amigo de Moreno de Mora y favorecedor de la cesión del cuartel, buscó una posible solución al asunto y envió un oficio al coronel Caula para que admitiera como pago el depósito de la cantidad establecida para la cesión. Pero el coronel de Ingenieros no se amilanaba ante nada y reiteró al alcalde que sin la entrega en metálico de la cantidad establecida no entregaba el cuartel. De esta manera todo quedó aplazado.
Pero el duque de Nájera tampoco estaba dispuesto a que su autoridad quedara en entredicho. Aseguró al alcalde que la entrega se produciría al día siguiente a las dos de la tarde.
A la hora convenida llegó Nájera al cuartel de San Fernando. Llamó al coronel Caula y le ordenó que entregara el edificio y admitiera como pago el depósito de la cantidad estimada. Caula reiteró que la Orden establecía el previo abono para la entrega del edificio. El gobernador militar ordenó el arresto del coronel y su salida inmediata para el castillo de Santa Catalina para su cumplimiento, A continuación llamó al segundo jefe de la Jefatura de Ingenieros para ordenarle la entrega del cuartel al Ayuntamiento. Este segundo jefe manifestó que la Orden exigía el pago de las cantidades en efectivo, pero que acataba la orden del gobernador militar. El alcalde recibió por fin las llaves del viejo cuartel y marchó al domicilio de Moreno de Mora para que las obras comenzaran rápidamente.
Curiosamente, y ya que el Ayuntamiento no tenía dinero alguno para hacer el depósito de la cantidad exigida , fue el teniente de alcalde Gómez Arámburu el que lo efectuó de su propio peculio. El alcalde, Miguel de Aguirre, marchó a Madrid para gestionar que la cesión del viejo cuartel de San Fernando fuera gratuita, lo que consiguió gracias al apoyo de todos los diputados de Cádiz.
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