Años denunciando el precario estado de la ESI

Alumnos y profesores de la Escuela Superior de Ingeniería llevan años denunciando su precaria situación en el obsoleto y ruinoso equipamiento universitario ubicado en la calle Chile. El pasado curso, el propio director del centro se vio obligado a exigir soluciones al considerar que su alumnado no podía seguir recibiendo clases en esa situación. "La situación en la ESI ya es límite", llegó a decir a inicios del curso pasado el responsable de la ESI, Juan José Domínguez.

Ya entonces los estudiantes se quejaban del mal estado del aula 2, con boquetes en el techo por donde se filtraba el agua de la lluvia y ordenadores estropeados e insuficientes. También criticaron la falta de medidas de seguridad, goteras, falta de mobiliario, barreras arquitectónicas que impiden a personas con discapacidad física acceder a algunas instalaciones del viejo edificio, que acumula más de 50 años de antigüedad.

Viejo, precario e insuficiente para albergar a todo su alumnado, por lo que desde hacen años deben repartirse entre otras cinco sedes de la Universidad gaditana, suponiendo ello un serio problema de organización para el profesorado.

Cabe recordar que a finales del pasado año, la Junta de Escuela de la ESI elaboró un plan de necesidades para el presente curso 2013/14 detallando los laboratorios necesarios y el coste que supondría cada uno. Se solicitó para ello una partida de 900.000 euros para dotar a la actual sede de laboratorios imprescindibles para la formación, principalmente, de los alumnos que este año estudian el tercer curso de los grados de Ingeniería Aeroespacial e Ingeniería en Diseño Industrial y Desarrollo del Producto. Los laboratorios están ya instalados, pero el centro universitario sigue con grandes deficiencias y en mal estado, tal y como ha quedado demostrado tras lo ocurrido el pasado martes en el aula 2 de Informática.

Y no todas las denuncias se hicieron públicas el pasado año. Este periódico lleva años recogiendo las quejas de esta comunidad educativa. Ya en 2004, publicó una información en el que el entonces equipo directivo de la Escuela se quejaba de la falta de espacio y del estado precario del edificio. En esa fecha, el alumnado de la Escuela ya se encontraba repartido entre varias sedes.