Adiós, querido

OBITUARIO

José Payán 'El Pillo' falleció ayer a los 74 años dejando un grito como legado: ¡Cai!.

Adiós, querido
Adiós, querido
J.m. Sánchez Reyes Cádiz

16 de abril 2016 - 01:00

El tópico número 1 del que huimos los periodistas en los obituarios no deja de ser hoy el más justo. José Payán Pavón 'El Pillo' era una persona muy querida. Para qué más literatura. Basta comprobar cómo la noticia de su fallecimiento corrió ayer por las redes sociales, por los móviles, por las esquinas y por los vientos de El Balón, La Viña y La Paz, los tres barrios donde vivió. Se había marchado un singular personaje del paisaje humano de la ciudad después de luchar cuatro años contra una dolencia que contaba con un diagnóstico inicial de seis meses de vida. Fue ganando el pulso a la guadaña hasta plantarse hace escasamente tres meses en el escenario del Teatro Falla para cantar con el coro 'Salimos del euro'.

Una neumonía estuvo a punto de acabar con su sueño, pero pudo más la ilusión. En sus desvelos nocturnos de cama de hospital se estudiaba las letras. Así, el Augusto Algueró de inmaculado traje blanco -a presumido no le ganaba nadie- pudo abrir la actuación de esa agrupación soltando el ¡Cai!, su grito de guerra adoptado desde hace tiempo por el mundo del Carnaval, su mundo, cuando una copla emociona y llega al tuétano. No fue la única locura que Pepe Payán hizo para ir al Falla. En 1973, según contaba en una entrevista concedida a este periódico en 2010, se escapó de la clínica San Rafael "en pijama", donde se encontraba ingresado, para poder disfrutar de la comparsa 'Capricho andaluz'.

Había recibido de los componentes del grupo del coro los cuidados más paliativos. "Quiero ir al juzgado a apuntarlos a todos en mi Libro de Familia", decía camino del Falla para un seguimiento que se le hizo en el 'Diario del Carnaval'. De esta manera agradecía la prórroga carnavalesca que se le ofrecía en forma de tango, después de una trayectoria en la fiesta iniciada en 1980 con 'Los mercaderes del Piojito' y cuyo mayor éxito se produjo en 1988 cuando alcanzó el primer premio con la comparsa 'Al compás de mi cepillo', de la peña Nuestra Andalucía.

Se marchó en la madrugada de ayer El Pillo, a escasas fechas de cumplir los 75 años, dejando un reguero de buenos amigos y de quienes le tenían cariño aun sin conocerle. Con un humor directo o surrealista, según le conveniera, desarmaba a los enteraos. A esta ciudad le dio tiempo -que sirva de precedente- de rendirle más de un tributo. El Carnaval le agradecía su disponibilidad. Si en febrero de 2013 era el Bar Los Pabellones el que le hacía el reconocimiento, tres meses después era el turno de 'Los ángeles de los homenajes' en el Baluarte de la Candelaria.

Pudo despedirse de sus devociones en la cofradía de la Palma y en la Orden de Servitas, insistiendo en ver en la calle a la Virgen de los Dolores a pesar de su avanzada enfermedad, en un emotivo encuentro con su querida cuadrilla de José Julio Reyero.

Hoy, a las 11.00 en el Tanatorio de Cádiz, en la glorieta de Zona Franca, se celebrará el responso por su alma. Se apagó la sonrisa de pillo que se reflejaba en sus lustrosos zapatos de charol. Descanse en paz eternamente.

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