La Asociación de Autoayuda e Información del Síndrome de Dependencia Alcohólica (ARCA) celebró ayer una jornada de puertas abiertas y un desayuno solidario con motivo del Día Mundial Sin Alcohol. Una fecha importante para todas aquellas personas que han conseguido salir de la bebida y que en ARCA han contado con el apoyo y los recursos necesarios para alejarse de un mal que afectaba a sus vidas.

Sin embargo, a pesar de ser un día para festejar, esta asociación no pasa por su mejor momento. La decisión del Ayuntamiento de dejar de otorgarle su subvención anual, unida al veto anterior de la Junta, conlleva que ahora mismo cuenten con un saldo negativo de -115 euros y ni un trabajador en nómina. "Todos los que estamos aquí somos voluntarios", explica Alberto Matilla, el presidente de la entidad.

Este trabajo desinteresado sostiene unos servicios cada vez más mermados, pero los gastos básicos, resultantes de los suministros de luz, agua, etc, los abonan "familiares y antiguos socios, usuarios y gente solidaria y comprometida que nos siguen ayudando año tras año", señala Alberto.

En torno a una mesa de desayuno bien surtida se unieron varias personas que lograron dejar el alcohol una vez que entraron en ARCA. "Hoy (por ayer) celebramos nuestra victoria, es un día muy importante para nuestro colectivo ", afirma el presidente de la entidad.

En la actualidad la asociación atiende en consulta a unas 15 personas, una cifra que aumenta ligeramente en las terapias de grupo. "Intentamos hacer siempre una atención personalizada y contamos con el vicepresidente de la asociación, el doctor Juan Gilbert, para la parte clínica, y con una psicóloga".

Alberto cuenta que el perfil del usuario de ARCA no está muy definido: hay jubilados, trabajadores, divorciados, desempleados... "En Cádiz influye el ser una de las ciudades con mayor paro en el consumo de alcohol".

En este sentido, destaca la cada vez mayor y más alarmante presencia de problemas de alcoholismo entre niños y adolescentes. "Hay muchas intoxicaciones etílicas entre los jóvenes, lo que nos dice que estamos fracasando en las políticas de prevención. El consumo en jóvenes empieza cada vez antes".

Por eso Alberto se pregunta "¿Por qué no se hacen campañas contra el alcohol como con el tabaco? Por intereses económicos y por la presión que se ejerce", responde. Además, considera que la sociedad es muy permisiva y no acaba de entender los riesgos que conlleva beber. "Los padres no son conscientes del peligro que supone. Los niños aprenden de sus padres y si ven a estos con una copa, pensarán que no es nada malo y que está aceptado".

Dice que a la asociación acuden frecuentemente progenitores preocupados por la deriva que llevan sus hijos cuando salen y él les aconseja que "les dediquen tiempo y los escuchen". A su juicio, una de las cosas que ha afectado al prematuro inicio en el consumo de alcohol es "la Ley del Menor, por la que los padres hemos perdido toda autoridad. Debería reformarse y devolver la autoridad a los padres y al profesor. Solo pedimos un poco de sentido común".

El presidente de ARCA subraya que el alcoholismo es un problema muy importante, pero que tiene solución. "La persona que quiere salir de este mundo puede hacerlo".

Buen ejemplo de ello es Pedro Reyes, un usuario de la asociación que se rehabilitó hace 22 años cuando vivía en la calle. Desde hace 14 reside en las instalaciones de la entidad, porque no tiene recursos. "El que tiene fuerza de voluntad se cura ya que esto es una enfermedad psicológica". En este proceso resalta el trabajo de ARCA. "Aquí se lleva muy bien porque nos dan mucha ayuda. Desde que salí del alcohol me siento más tranquilo y más persona", finaliza.