Vía Augusta
Alberto Grimaldi
La vía es (por ahora) andaluza
EN este nuevo siglo que nos contempla, en vísperas de una cita electoral, se ha puesto de moda el 'tiro al andaluz', una modalidad de xenofobia autonómica que ha popularizado el secretario general de CiU, Josep Antoni Duran i Lleida -José Antonio para sus paisanos del pueblo oscense de Alcampell-. Por segunda vez, este demócrata cristiano con peligro para los leones atacó a los andaluces (y a los extremeños) que reciben "un PER para pasar una mañana o toda la jornada en el bar del pueblo". Todo ello para denunciar que mientras tanto los payeses catalanes no pueden recoger la fruta por los bajos precios. A propósito de la aportación fiscal de Cataluña al conjunto del Estado, se acordó también del Gobierno andaluz. Para arreglarlo, añadió que "no me meto con el pueblo andaluz, ni con ningún pueblo del Estado español, sólo defiendo lo que es nuestro, que para eso me pagan, para eso me han elegido". Lo peor de todo es que estas sandeces fueron muy aplaudidas por el Consell Nacional de CiU, que se retrató en 3D como cúpula dirigente de un nacionalismo catalán sin seny. Pero dicho esto, me pareció excesivo el gesto de 'orgullo andaluz' exhibido por el Sevilla en el Nou Camp y no defiendo ni defenderé que el Parlamento andaluz lo haya reprobado. Un político como Duran i Lleida no merece respuestas de tanto calibre. Si acaso, sólo cabe reprocharle sus jornadas laborales, que no exceden normalmente de las dos horas. Bien visto, y aplicando sus criterios sobre el hombre y el PER, podría pasar por un andaluz que pasa todo el día de en el bar o por un catalán poco esforzado y de aficiones secretas. Curiosamente, tras Duran i Lleida, practicó esta futura modalidad olímpica de tiro la dirigente del PP Ana Mato. Llevada por su profunda preocupación (electoral) por Andalucía, la vicesecretaria general declaró en el arranque de la semana que "los niños andaluces están en el suelo en las escuelas" -ya dijo en 2008, de nuevo con unos comicios a la vuelta de la esquina, que "los niños andaluces son prácticamente analfabetos"-. Su compañera Ana Pastor, obligada a pronunciarse dándole correa a la ex señora de Sepúlveda y del Suzuki Swift, aseguró poco después que la comunidad andaluza es de las que menos dinero dedica a la educación. El líder de los populares andaluces, Javier Arenas, debería poner algo de orden -por ejemplo, en La Manduca de Azagra, frente a unos pimientos de cristal- para que nadie pueda pensar que detrás de las palabras de Ana Mato se esconde un doble lenguaje que los populares practican en la intimidad con Duran i Lleida y compañía.
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