"A veces se me va la mano y pongo la mesa con cinco cubiertos"

Antonio del Castillo y Eva Casanueva. Padres de Marta del Castillo (II)

"¿Cuántas versiones tiene que escuchar una madre de cómo murió su hija para que digan que esto es un circo mediático?", se quejan los padres, que sienten "la necesidad de saber dónde está mi hija, de llevarle flores a un cementerio o de tener sus cenizas”

"A veces se me va la mano y pongo la mesa con cinco cubiertos"
"A veces se me va la mano y pongo la mesa con cinco cubiertos"
Jorge Muñoz · Fernando Pérez Ávila, Sevilla

24 de enero 2010 - 07:02

–¿Siguen teniendo la esperanza de que aparezca el cuerpo?

–No sé si es una táctica o es cuestión de suerte que han tenido, porque no los consideramos tan inteligentes. Pero son tantas mentiras que ya no sabemos lo que pensar. Es un embrollo tal que dudamos de si podremos encontrar algún día el cuerpo. La gente nos para por la calle y nos pregunta cómo no pueden hacer hablar a cuatro niñatos, si a los terroristas los cogen y cantan.

–¿Creen que la familia de Camas sigue ocultando algo?

–Cuando vi a esa niña en la televisión [dice Eva] pensé que estaba contando un cuento. Será intuición de madre, pero pensé que estaba mintiendo. Te queda ese pensamiento para ti, pero cuando ahora se ha demostrado que lo sabía desde el primer o segundo día, nosotros siempre hemos sospechado que la gente de Camas sabía más de lo que contaba. Y al final las sospechas que teníamos guardadas en silencio se han demostrado que eran ciertas y la impotencia es saber que una niña de 14 años se haya podido guardar eso con sólo 14 años y haberse puesto delante de unas cámaras tan cínicamente. ¿Qué se puede esperar de ella cuando sea adulta? Para mí esa niña es un peligro en potencia para la sociedad.

–Por aparecer en la televisión, esta adolescente además recibió una indemnización, ¿qué les pareció eso?

–Duele que la Fiscalía se meta en los derechos de la menor pero no se meta en las fotografías de Marta robadas del Tuenti que han sacado en la televisión. Nuestra hija también era menor, y tan menor es una como otra. Y nosotros no hemos dado permiso para que salieran esas fotos.

–¿Siguen pensando que se debería abrir la zanja de Camas?

–Sí. Eso no supone dinero ninguno, no creo que cueste tan caro abrir una zanja que tiene unos 30 metros, y sobre todo después del dinero que se han gastado en buscar a otro que hace 70 años que se murió. Esperemos que la Audiencia decida que se reabra. A estas alturas esto no debería ser una cuestión de dinero, yo quisiera que se encontrara el cuerpo de mi hija, pero es que este tema le está ya doliendo a muchas autoridades porque a la altura que están quedando no es normal. Para hacer un trabajo bien hay que hacerlo completo, no podemos dejar el trabajo a medias.

–¿Se debe cerrar el caso con los cinco imputados o creen que hay alguien más cuyo nombre aún no ha salido?

–Tenemos la sensación de que ahí hay algo más, pero son las autoridades competentes las que tienen que sacarlo a flote. No sólo lo pensamos nosotros, mucha gente nos plantea si no será que estos tipejos tienen miedo de alguien que los tenga amenazados. Samuel no tiene medios económicos ni vehículo, el Cuco tampoco, y Miguel tampoco. No se ha encontrado ningún coche en el que se llevara el cuerpo. Aquí hay cosas que no casan. Realmente es que estamos como al principio, preguntándonos ¿dónde está Marta? Tenemos manchas de sangre, ADN, pero ¿dónde está?

–Hubo ciertas declaraciones de políticos que hicieron daño a la familia, ¿por qué?

–Nos dolió mucho que el ministro de Justicia defendiera el derecho a mentir de los detenidos. Algunos políticos no han tenido el tacto y la prudencia de hacer comentarios que son hirientes para la familia. Alguno la O de Obrero no sabemos donde se la dejó. Como aquello que dijo el presidente de la Junta, que estábamos montando un circo. Comentó que ETA le había matado a un tío, pero quiero que me diga qué condena le han puesto a ese individuo, a ver si a los diez años está en la calle o va a cumplir 30 ó 40. Y, con todo el respeto, la vida de nuestra hija puede valer lo mismo que la vida de su tío. Toda muerte lleva su duelo, su dolor y su tristeza, él pudo asistir al entierro de su tío, sabe cómo murió su tío, nosotros aún no sabemos cómo murió nuestra hija. Es muy doloroso para una madre tener que escuchar que la mató de un golpe, que fue violada y estrangulada, que la tiraron como si fuera una basura o al río como si fuera un perro, o la última versión de la niña de Camas que dice que se liaron a patadas con ella tanto Miguel como su hermano. ¿Cuántas versiones tiene que escuchar una madre de cómo murió su hija para que digan que esto es un circo? Y más que lo diga un presidente de la Junta. Aquí lo políticos se han lucido.

–¿Piensan que alguna vez se va a conocer lo que realmente pasó aquella noche?

–Espero que sí, no me quisiera morir sin saberlo (Antonio). Aquí estaremos molestando a la prensa, porque yo no me voy a callar la boca o lo intentaré hasta que ustedes me digan basta. Yo soy más pesimista (Eva). Nosotros somos creyentes y sabemos que el cuerpo es como un vestido que tenemos aquí de paso, pero yo como madre tengo la necesidad de saber dónde está mi hija, de llevarle flores a un cementerio o de tener sus cenizas y de saber lo que pasó.

–Eva, usted ha vuelto a trabajar hace poco, ¿cómo está siendo la vuelta a a la normalidad?

–Me incorporé un día y ahora estoy de vacaciones. Me reincorporo en febrero. La vuelta es difícil. Hay que veces que no puedo asumir que no está Marta, a veces cuando pongo la mesa se me va la mano y coloco cinco cubiertos, o quiero coger cinco vasos.

–En este año su lucha ha sacudido algunas conciencias para que se cambie la legislación.

–Es que nadie se imagina que le pueda pasar esto. Veíamos en televisión las noticias sobre Mari Luz o Madeleine, por ejemplo, y pensábamos lo que debían de estar sufriendo esas criaturas, pero no te pones en su lugar. Recuerdo que incluso dije que antes de tener un hijo desaparecido de por vida, por Dios que yo sepa dónde está.

–¿Aquella misma tarde sintieron que algo le había pasado a Marta?

–Era una niña que me estaba dando siempre constantes toques en el móvil para no tenerte preocupada (Eva). Y como era una niña que siempre decía “mamá que voy a llegar tarde” y yo vi que las dos o tres veces que la llamé al móvil no me lo cogió, a las diez y media le dije a mi marido “vámonos a casa porque me preocupa que la niña no me haya cogido el móvil dos veces”. Además, siempre tenía la batería cargada porque una vez se le agotó y le reñimos por eso.Su hora de entrada era las diez y media, pero a veces llegaba a las nueve o nueve y media. Cuando sus amigos me dijeron que se fue con el Migue a Triana, ahí me dio un pellizco el corazón.

–¿Se temieron entonces lo peor?

–Lo primero que pensamos es que la niña se había montado en la moto y que había tenido un porrazo, que se había caído y que este tío la había dejado por ahí tirada. Lo que no te vas a imaginar nunca es que la matara.

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