Ni María Jesús Montero ni Juanfran Serrano: Juan Espadas es la solución de Pedro Sánchez para el PSOE-A
Ni María Jesús Montero quiere ni Juanfrán Serrano tiene experiencia, así que Moncloa se queda con Juan Espadas
Los secretarios provinciales aplacan las corrientes internas de cara al congreso de Sevilla
Espadas presidirá el 41º Congreso Federal
María Jesús Montero no quiere. Ni muerta, cabría añadir. Juan Francisco, Juanfran, Serrano, está muy verde, así que sólo nos queda Juan Espadas. ¿Alguien más? ¿Patricia Cavada? ¿Quién es Cavada, María Jesús? Ah, la alcaldesa de San Fernando. Juan Espadas, por tanto.
La reflexión es conocida, y bien podría haber sido -es- la que se hizo el secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la semanas previas a la convocatoria del 41º Congreso Federal de Sevilla. A mediados de verano ya estaba decidido. Aunque Espadas no convenza del todo y casi nadie cree que pueda ganarle unas elecciones a Juanma Moreno, Pedro Sánchez, que es Moncloa y Ferraz a la vez, ha optado por seguir confiando en la continuidad del ex alcalde sevillano como secretario general del PSOE-A. ¿Y candidato a las elecciones andaluzas, también? Cuando llegue 2026, se llegará a otro río y, por tanto, a otro puente, pero nadie en el PSOE está por hacer planes más allá de 2025. Moncloa no considera urgente el cambio en su federación más importante. "Quietismo", lo define un militante sevillano con galones.
La convocatoria del cónclave federal para finales de noviembre arrastra la celebración posterior del regional, que debe ser antes del 23 de febrero y, después, los provinciales, y en el PSOE de Andalucía hay muchos encajes que hacer después de haber perdido la Junta y casi todo el poder municipal, así que el proceso congresual se podría haber convertido en una batalla a muchas bandas para tomar posiciones. Javier Fernández, secretario provincial del PSOE de Sevilla, se lo dijo a su comité la semana pasada: hay congresos, sí, pero no le déis mucha munición "a la derecha". Sed discretos.
Y así ha sido. Ferraz no quería líos en Andalucía, donde se celebra el Congreso Federal, así que en cada una de las provincias, los secretarios generales han zurzido un complicado patchwork donde hay de todo: susanistas, antisusanistas, sanchistas y futuros opositores a Espadas. En todas las provincias se ha impuesto la concordia para elegir a los 268 delegados que van al Congreso Federal. Incluso allí donde se prevé competencia en los próximos congresos provinciales, como Málaga o Huelva, el consenso le ha ganado la partida a la disputa. De hecho, el secretario provincial que parece contar con menos apoyos de la dirección de Espadas, el gaditano Juan Carlos Ruiz Boix, es el único que se vislumbra como un claro candidato al relevo.
En el PSOE andaluz hay masa para presentar una lista alternativa a Juan Espadas en el congreso de febrero, sólo basta con conseguir los avales necesarios, pero sin el aliento de Ferraz es complicado que ésta tenga éxito. Aun así no se puede dar por descartado, hay reuniones, hay conversaciones, pero los críticos con el continuismo tendrían que encontrar un nombre. Hay un factor importante, muchos críticos con sus secretarios provinciales no lo son tanto con Juan Espadas, por lo que éste tendría que ceder algunos de sus alfiles.
Alfiles, sí. Cada vez que Espadas reúne a su Ejecutiva, que es un organismo en expansión, como los gases, sobrepasado de nombres y cargos, se ve antes con los ocho secretarios provinciales, ésa es su fuerza interna. Su cámara de los lores. Como dice un militante "Juan no tiene equipos, amontona personas".
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