El acuífero de Doñana sigue en un nivel de "prealerta" pese a las lluvias

La Confederación del Guadalquivir atribuye el escaso rellenado de las aguas subterráneas a las extracciones agrícolas y a la larga sequía previa

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Un pozo y una instalación de bombeo en el entorno de Doñana.
Un pozo y una instalación de bombeo en el entorno de Doñana. / J. Correa
Miguel Lasida

19 de noviembre 2025 - 06:01

Las copiosas lluvias del pasado otoño y la pasada primavera han sido insuficientes para mejorar el estado del acuífero de Doñana conforme a lo esperado. La escasa recuperación del acuífero, un agua subterránea que resulta esencial para el mantenimiento de la riqueza natural del coto, se debe fundamentalmente a dos factores: a que un año húmedo no basta para elevar el nivel del acuífero y a que las extracciones legales o ilegales procedentes de la actividad humana siguen excediendo el volumen que permite el equilibrio del espacio natural. La asociación ecologista WWF insta a las administraciones a la adopción de medidas urgentes para impedir el deterioro de los recursos de agua del parque.

Desde el año hidrológico 2010-2011 no llovía en Doñana como lo hizo el pasado 2024-2025, que es el periodo que analiza el avance del informe del estado del acuífero del entorno de Doñana elaborado por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y publicado ayer. Pese al carácter húmedo del año, a pesar de haber llovido un 23% más que la media histórica, la recuperación de las aguas subterráneas ha sido menor de lo previsto. El nivel del acuífero ha subido con respecto al año anterior, sí, pero el impacto no ha sido el que debería haber sido. El informe hace la siguiente comparación: con unas lluvias similares, el índice de llenado del acuífero resultó del 0,58 en el año 2006-2007. Al término del curso 2024-2025, sin embargo, ese índice ha sido del 0,48, manteniéndose en un estado de “prealerta”.

Los índices se establecen entre el 0 y el 1, señalando respectivamente el nivel mínimo histórico de acuífero y el nivel máximo. Cinco de los 16 sectores que componen el total del acuífero están en estado de prealerta y otros cinco están en el nivel de alerta.

Cultivos, turismo y golf como grandes extractores

Para explicar la falta de correspondencia entre las significativas precipitaciones y el actual estado del acuífero, los autores del informe mencionan como causas las consecuencias del largo periodo de trece años de sequía y los efectos de la “extracción de aguas subterráneas” en el entorno de Doñana. El investigador Javier Castroviejo concreta entre los motivos más imperantes el excesivo uso del riego para los cultivos legales e ilegales del entorno del parque, el creciente suministro de agua que precisa el turismo y las aportaciones que reciben actividades recreativas como el golf.

El informe tampoco es optimista con la tendencia a futuro de las aguas subterráneas. Los autores incluyen una estimación del estado del acuífero a largo plazo, que ofrece un resultado negativo por tercer año consecutivo y que destaca el carácter “preocupante” del sector de las Lagunas de Doñana por ser una “zona de máximo valor ambiental”. La evolución presenta una tendencia al “descenso significativo”.

La importancia del acuífero para el coto

La importancia del acuífero en Doñana, que se nutre de las aguas de la lluvia, se fundamenta en las consecuencias que tiene en la biodiversidad del coto, un paraje arenoso y permeable único en el mundo. El nivel del acuífero dicta la aridez: cuanto mayor es la sequedad, menor es la vida de la flora y fauna. Además, explica Castroviejo, el acuífero y el agua del mar han mantenido históricamente una situación de equilibrio que se ha roto desde hace unos años a causa de las sequías y, sobre todo, de las captaciones de agua para el uso humano. Cuanto menos agua contiene el acuífero, más agua salobre se apodera del parque, provocando un ambiente inadecuado para la vida natural de Doñana.

El informe ha provocado la reacción de las asociaciones ecologistas. Teresa Gil, responsable del Programa de Agua de WWF España, insta a que las administraciones aprueben y lleven a cabo los “planes de extracciones en las áreas de Almonte y Marismas, coordinados con el de la Rocina”. El coordinador de la Oficina de Doñana de la WWF, Juanjo Carmona, cree que la situación es “gravísima” y que la falta de la recuperación del acuífero demuestra que “las medidas que se están tomando no están siendo todo lo eficaz que sería necesario”. Por ello, continúa Carmona, es urgente que se “intensifiquen” las medidas no para que se recupere el acuífero sino “para que no empeore”.

Mejores valores de los nitratos pero con matices

Las novedades no son todas pesimistas, aunque las buenas noticias necesitan matices. El informe hace públicas ciertas mejoras en los niveles de nitratos en el acuífero aunque subraya la necesidad de adoptarse medidas urgentes para controlarlo debido a la toxicidad que este compuesto químico comporta para la vida en Doñana. También se constata que la laguna de Santa Olalla ha mantenido agua el pasado verano por primera vez desde 2021-2022 pero se subraya que las lagunas próximas a Matalascañas siguen sin recuperarse.

La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, autora del informe, valora los efectos positivos de la expropiación de la zona de Los Mimbrales por parte del Gobierno central y la mejoría producida por la sustitución de aguas superficiales en la zona del Arroyo de Dol Gil. Ambos factores han facilitado la disminución de la extracción de agua del acuífero pese al ciclo de sequía anterior al carácter húmerdo del pasado año.

A pesar de lo anterior, la Confederación recomienda acciones como el "incremento cero" de la superficie para riego en el entorno de Doñana y el cierre de pozos ilegales, el trasvase efectivo de los 19,99 hm3 de agua previsto en la Ley 10/2018, la reubicación de los sondeos de Matalascañas, la depuración de las aguas residuales en el entorno y una vigilancia más efectiva con los métodos que permiten las nuevas tecnologías. Tampoco deben olvidarse las políticas de restauración de los cauces naturales, actualmente desviados y encauzados por la acción del hombre, que contempla el decreto 97/2005 de la Junta de Andalucía.

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