El candidato socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha expresado al PSOE andaluz su deseo de que la ministra Rosa Aguilar y el embajador Luis Planas figuren en las listas al Congreso en puestos seguros. Cuestión distinta es la circunscripción electoral por la que concurran, un asunto que la dirección andaluza se va a tomar con calma durante estos días. Rubalcaba parece haber dejado en manos de los andaluces que resuelvan este asunto. No obstante, tanto Rosa Aguilar como Luis Planas han mantenido siempre su vínculo con Córdoba; especialmente la primera, que fue concejala y alcaldesa por Izquierda Unida. Sí se confirma que Consuelo Rumí puede ocupar el puesto número uno por la provincia de Almería, con lo que se anula la opción almeriense de Aguilar, que ni querían los socialistas almerienses ni la dirección regional ni la propia ministra. Rumí, secretaria de Estado de Administraciones Públicas, cuenta con el respaldo de su provincia.

Las razones de Rubalcaba no son otras que las de los perfiles de ambos candidatos. Ya sea para la oposición o para el Gobierno, a Rosa Aguilar se le considera una buena oradora que hará falta en el Congreso. Tiene reflejos y algo de colmillo, como ya demostró, precisamente, en sus interlocuciones contra el Partido Socialista en los tiempos en que gobernaba Felipe González y ella era la portavoz de IU.

Planas, que ha sido consejero de Agricultura y de Presidencia de la Junta durante dos gobiernos de Manuel Chaves, ha sido embajador en Marruecos y, ahora, en Bruselas, ante la Unión Europea, dos posiciones claves para la diplomacia española. Luis Planas también es una persona muy cercana al presidente andaluz, José Antonio Griñán. En el caso de Aguilar, a la razón de sus dotes parlamentarias, suma que es la ministra mejor valorada del Gobierno después de Carme Chacón. Los socialistas no parecen tener problemas con Luis Planas, que iría casi con toda seguridad en la lista de Córdoba, pero sí con Rosa Aguilar, debido a la oposición que ha encontrado tanto en el PSOE cordobés como en el de Almería, a donde se pensó enviarla como paracaidista. Una cunera. Esto no ha sentado bien en Almería, pero tampoco a la propia ministra, según han expresado fuentes de su entorno.

A pesar de las suspicacias que Aguilar levanta en algunos sectores del PSOE cordobés, lo cierto es que su popularidad es extensible, al menos, a la capital, donde sigue estando muy bien valorada y tiene un nivel de conocimiento pleno. Una fuente de la dirección andaluza del PSOE aseguró ayer que esto, la ubicación de la ministra, es algo que "se debe ir madurando".

Rosa Aguilar visitó ayer las instalaciones de Covap en Pozoblanco, en pleno Valle de los Pedroches de Córdoba, y tiró de manual al ser interrogada por su disposición. Es decir, se limitó a explicar que son los socialistas los que deben pronunciarse en las asambleas y que, de momento, no hay una posición "oficial".

En otra provincia, Sevilla, unas declaraciones de la diputada Carmen Hermosín han dado pistas de hasta donde pueden llegar los cambios. Hermosín, una histórica del socialismo andaluz, aseguró a Europa Press que sigue "a disposición" de su partido para seguir al Congreso, y valoró que sus "trienios" son "una garantía". Una vez que Alfonso Guerra se ha confirmado como cabeza de lista de Sevilla, todo hace indicar que la dirección provincial prepara un cambio profundo de la lista, donde ahora se encuentran socialistas históricos como Hermosín, caso de Antonio Cuevas o Isabel Pozuelo, personas que participaron en la refundación del PSOE en los años previos a la Transición. En cierto sentido, Hermosín ha enseñado sus "trienios", comparables a los de Manuel Chaves o Alfonso Guerra, ante la posible sospecha del cambio en profundidad que se prepara por esta circunscripción que aporta ocho diputados al PSOE.