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El parlamentario socialista Antonio Ramírez de Arellano es quien tiene la nómina más abultada del Parlamento andaluz, su nómina dobla a la de algunos diputados y es mucho mayor que la de la presidenta de la Cámara, Marta Bosquet. Es una situación ventajosa también se encuentra el líder de Vox en Andalucía, Francisco Serrano, aunque no llega al nivel de Arellano. La razón de esto es que quienes han sido funcionarios en otras instituciones siguen cobrando en la Cámara los trienios, quinquenios o sexenios acumulados y reconocidos en sus funciones anteriores, aunque ahora es el Parlamento el que los abona.
La Cámara andaluza hace pública todos los meses las nóminas de sus diputados. Los salarios están muy regulados, de modo que la base común es de 3.197 euros brutos mensuales, pero a esta cantidad se le añaden complementos para el caso de su presidenta, los vicepresidentes, secretarios, presidentes y portavoces de grupo, su adjuntos y responsables de comisión. Por estos conceptos, estrictamente parlamentarios, quien tiene la mejor nómina es la presidenta Bosquet, cuyo complemento es de 1.627 euros al mes. Su salario neto ha sido en abril de 3.356 euros. El de Arellano llega a los 6.066 euros netos. La razón es que el ex consejeros socialista, también ex rector de la Universidad de Sevilla, añade a la base, trienios y quinquenios de su trabajo anterior de catedrático y un complemento parlamentario.
Aunque en muchas instituciones, los trienios reconocidos en otros organismos se suelen cobrar al ente de origen, en el caso del Parlamento andaluz es la Cámara la pagadora.
Francisco Serrano, juez en excedencia, tiene una nómina de 4.632 euros netos, por su acumulación de años de trabajo como funcionario del Estado y por un complemento por ser el presidente del grupo parlamentario de Vox. Otros parlamentarios que han sido profesores, como Sonia Gaya o Antonio Maíllo, también cobran los trienios reconocidos en Educación, pero en una cuantía menor. Ambos ingresan por su nómina 3.532 y 3.625 euros respectivamente. El jiennense Felipe López, que ha sido profesor de secundaria, acumula 1.989 euros por trienios, su nómina, en neto, es de 4.064 euros. Maíllo dona la cantidad de los trienios al partido, porque en IU se cobra lo mismo en los cargos públicos que en el empleo anterior.
Además de este salario en nómina, los parlamentarios cobran dietas semanales por los gastos que origina su desplazamiento desde su domicilio. Las cantidades están en función de las distancias, de tal modo que quienes menos cobran son los que viven a menos de 100 kilómetros de la Cámara; en este caso, son 200 euros semanales. A los más alejados se les abona 410 euros a la semana. Estas cantidades no figuran en las nóminas publicadas por el Parlamento. Es decir, que un parlamentario de Sevilla suma a su nómina 800 euros en dietas.
Los portavoces de los grupos y los miembros de la Mesa cobran una dieta de 500 euros a la semana.
La líder de Podemos en Andalucía, Teresa Rodríguez, ha demandado la supresión de estas dietas, al menos, en los meses en los que la Cámara no tiene actividad, pero se ha estimado que el diputado sigue ejerciendo su labor aunque no el Parlamento no celebre plenos y comisiones.
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