De aquellos días

La izquierda habla de la pacificación de Cataluña pero algunos que están allí escriben que todo está tranquilo

Mi madre, ya en los días finales, movía la mano derecha delante de sus ojos, como queriendo borrar los recuerdos de aquellos días. La culpa era mía. Para distraerla le hacía recordar una tarde de febrero circunstancias aciagas de su juventud. Fue muy difícil. Mi padre repitió toda la vida un cartel que colgaba en la pared de un bar de Madrid. De tanto repetirlo como doctrina política, se lo sabía de memoria. Y yo: Beber, que tenéis buen vino, de política ni hablar, y antes de salir, pagar. La referencia de aquella época de su adolescencia y juventud era ese tiempo para borrar de la memoria y otros recuerdos que eran como nudos en la garganta. El colmo del paso de la historia sobre su vida, como si fuera un tren, fue su año de nacimiento: 1921. En 1936 tenía 15 años y en 1939, 18 años. Digo que lo llamaron a filas y estuvo en el Ejército hasta la finalización de la II Guerra Mundial, pues retuvieron las quintas pese a la neutralidad de la España de Franco. La historia de España lo cogió con 15 años y lo devolvió a la normalidad con 23 años. Con todo lo que pasó entre medio. Su recuerdo más perentorio de aquellos años fue el hambre, el hambre que pasó. Debió ser verdad porque en mi juventud el insulto con que unos insultaban a otros era “esmayao”. También “muertohambre”. Con el insulto explicativo, por si quedaba duda: “Con la hambre que tú has pasao”. En el caso de mi padre, yo no tenía duda. Lo había dicho muchas veces. De aquellos lejanos días que van desapareciendo oía relatos que no comprendía muy bien, y las doctrinas referidas en las clases de Formación del Espíritu Nacional (ya el nombre de la asignatura es para echarle una pensada). Digo, por ejemplo, lo de la preferencia de una España roja a una España rota. ¿Qué es eso, por dios, a los 12 años? ¿La visita de Ortuzar a Puigdemont en Bruselas es la España rota? ¿Qué entienden hoy los muchachos de 12 años de la llamada a la rebelión de Aznar para evitar la amnistía a los golpistas catalanes y la ruptura de la unidad territorial, que es la España constitucional? ¿Roja o rota? Ocho décadas después de aquellos días ¿qué nos está pasando? La izquierda no habla de la igualdad entre los españoles, de la unidad territorial y el orden constitucional. Al menos lo parece. Habla de la pacificación de Cataluña pero algunos que están allí escriben en las redes sociales, en vivo y en directo, que todo está tranquilo, no pasa nada. En Cataluña.

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