Que los grandes o pequeños expertos tengan a bien perdonarme, pero no entiendo bien qué es lo que quiere hacer el Cádiz en terrenos de Puerto Real. A lo mejor es porque, empezando por el nombre del proyecto, todo está en inglés. Espero que el uso del bello idioma de Shakespeare (pero también de Groucho Marx) no se haga con la intención de confundir a los cientos de miles de gaditanos que si están orgullosos de algo es de su particular habla, tan ensalzada recientemente en el Congreso de la Lengua Española. Que sí, que guachisnai viene de ‘what’s your name’ y al liquindoi de ‘look and do it’, pero que nos hablen en español cuando quieran explicar proyectos que se venden como vitales para la ciudadanía de aquí.

En el pretendidamente espectacular vídeo de presentación de ‘Sportech City’, con música y soniditos que recuerdan a la visión cibernética de Robocop, aparecen rótulos clarísimos como ‘Events & Congresses Center’, ‘Coworking Center’, ‘Data Center’, ‘Sport University’, ‘User Experience’ y ‘Sport Tecnology Center’, términos que me gustaría ver cómo quedan recogidos en el diccionario que dentro de cincuenta años redacte algún sucesor del insigne profesor Payán.

Luego, ya con música de película de descubrimiento de continentes, o quizás de nuevos Mediterráneos, y el concurso de actores guapos y delgados vestidos con uniformes futuristas que dialogan con robots mientras le sueldan alguna pieza protegidos con gafas oscuras de diseño galáctico, y la ausencia total de monos azules, nos muestran un montón de edificios virtuales y muy muy brillantes que pondrán, de una vez por todas, a Cádiz y su Bahía en el lugar que se merece. Y que, por supuesto, crearán miles de empleos ‘sostenibles’, otra de las mentirosas palabras de moda.

Más asombro me causa, pero esto es culpa ya seguramente de mi desubicación en este mundo y del natural inmovilismo al que me llevan mis sesenta y muchos, el hecho de que quien promueve todo este futuro de prosperidad y progreso sea un club de fútbol que un año sí y otro también coquetea por desgracia con el descenso a una división inferior. Nada me gustaría más que eso, que el proyecto fuera un éxito, que se atraigan inversiones y que la Bahía sea un centro de innovación, sean lo que sean todos esos sectores con nombre en inglés. De jugar la Champions ya hablaremos otro año.