El futuro de Europa va a depender de lo que ocurra en unas elecciones regionales de España. Nos dicen. Yo me lo creo todo. El asesinato de Sarajevo trajo desgracias sin cuento a varias naciones de Europa. Y millones de muertos. El asesinato de Calvo Sotelo fue la chispa que hizo explotar a la España de 1936. La onda llega hasta nuestros días. Como no sabemos el futuro buscamos en el pasado la imagen que refleja el espejo del presente. Por eso sobre todo no me río de quienes dicen que lo que vaya a pasar en Cataluña tendrá una repercusión directa en la UE. Digo yo que en Cataluña, más. Pero de eso nadie habla. Porque si bien lo que se vota es la constitución de un parlamento regional que debe nombrar un gobierno, algunos dicen bajo cuerda que estamos hablando de un verdadero plebiscito para la independencia de Cataluña y la constitución de la República. Sobre todo por el referéndum ilegal de octubre, que el separatismo (un modo de definir) da como fundamento de la nueva legalidad. Lo veo todo como un embrollo magnífico pero, por fortuna, no voto en Cataluña. Así que la cuestión es, va a ser, cómo lo vean los electores catalanes. ¿Tienen conciencia clara de que algunos tomarán su voto como la prueba indudable de que la mayoría quiere "separarse de España"? Y de nuevo el trenzado invisible y tramposo lenguaje nacionalista. Han ganado esta batalla. Porque casi nadie cuestiona la expresión "Cataluña y España", como si fueran realidades separadas. El modelo verbal hace desaparecer la realidad España en un rompecabezas ininteligible. ¿Cataluña no es España? Para los nacionalistas, evidentemente no. Entonces, ¿qué magnitudes se comparan? Por eso el enorme esfuerzo de los llamados "unionistas" de afirmar su ser trino: catalanes, españoles, europeos. Todo llega a ser tan cansino, tan previsible y tan trágico que Sarajevo, Calvo Sotelo y los cien motivos estúpidos de cien guerras se ponen en pie. Y todo, absolutamente todo, va a depender del voto de los catalanes. En gran parte, claro, porque hay una Ley Electoral que es urgente estudiar su reforma, señor Rajoy. Sí, el voto de los catalanes. Del que nos han venido diciendo que están repletos de seny, que es una palabra-talismán llena de sabrosa crema pastelera. Más claramente, de virtudes cívicas y democráticas, de cultura política y de la otra, de buen juicio, de lo mejor para la gente. Etcétera. Muy pronto sabremos si se ha ido evaporando o diluyendo en el olor fétido de la corrupción pujolista. Y, lo que es peor, en la creencia de que son superiores. A "los españoles".