La pobreza puede ser energética, alimenticia, de vivienda, sin calefacción, sin techos. Que más da cuando de pobreza se trata. No es necesario calificarla, solo con pertenecer a un tipo de pobreza, lleva como acompañante todas las demás. Pobreza que se acentúa cuando el frío del invierno se asoma a la ventana de la vida. La pobreza es exclusión social. La pobreza es carecer de derechos sociales. La pobreza es pertenecer a la parte inferior de esa brecha social que cada vez se agranda mas en nuestro país.

Hechos como el de la señora fallecida en su domicilio por carecer de un servicio básico y público como la electricidad no puede quedar en una anécdota. La pobreza no es solo cuestión de política, implica también a la sociedad, es cuestión de religiosidad, es cuestión empresarial, en definitiva es cuestión de remover la conciencia y de humanidad. Mañana sábado comienza una recogida de alimentos para el banco. Muchos voluntarios-as van a dedicar unas horas del día a solidarizarse con los menos favorecidos y con una gran recogida de alimentos, paliar en lo posible las necesidades básicas que esta crisis y el gobierno se han encargado de crear.

Hoy el concepto de pobreza ha cambiado. El tener trabajo no significa salir de este bache. La exclusión social no hace distinciones. Nos adentramos en el invierno, una época donde las necesidades básicas se hacen mas necesarias si cabe. Por eso la labor de los voluntarios se hace mas necesaria que nunca. Son ellos, los voluntarios del banco de alimentos, de Cáritas, de Calor en la Noche y otras organizaciones sociales los que se encargan de llevar un poco de esperanza a los hogares. Mi reconocimiento y admiración para estos voluntarios que, sin quererlo, sustituyen la labor del gobierno que es el que tiene la obligación de tener una política social que de cobertura a los necesitados.

Solo una tercera parte de los parados de larga duración han tenido acceso a las ayudas debido a las durísimas condiciones para acceder a éstas. El dinero de los desempleados ha servido para equilibrar las cuentas del gobierno. Y todavía es peor cuando la pobreza alcanza a la infancia. Los expertos coinciden en que la pobreza es el gran reto de la infancia en España. Uno de cada tres niños españoles estaba en riesgo de pobreza o exclusión social en 2015, la quinta tasa más alta de la Unión Europea, según datos publicados por Eurostat. Son niños que no pueden mantener una alimentación saludable a la semana, ni mantener su vivienda a unas temperaturas adecuadas. Son niños cuyos padres no pueden sostener los gastos de la casa aunque algunos tengan trabajo. Hoy el trabajo no asegura salir de la pobreza. Dice el presidente del Gobierno, el señor Rajoy, que estamos a punto de volver a los niveles de riqueza anteriores de la crisis. Una ofensa para tanta exclusión social como tenemos en España. Como se puede hablar de riqueza con tantos hogares en la miseria, con tantos parados, con tantos comedores sociales trabajando hasta lo imposible, con tantas personas durmiendo en la calle con frío, con calor, solo acompañado con una inmensa soledad. Personas que han perdido la esperanza, esa esperanza que solo existe hoy en nuestro país de mano de los voluntarios. Mi admiración y reconocimiento hacia ellos.

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