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Análisis

aNA SOFÍA PÉREZ- BUSTAMANTE

Música, astrofísica y botánica

S E cierra la Semana Santa con la sensación de haber vivido una maravillosa burbuja primaveral. Lo que se dice cundir, no me ha cundido mucho el tiempo. He aprendido que esos arbustos que tanto abundan por aquí y que yo confundía con las damas de noche no lo son: se llaman pitosporo o azahar de la China (es importante la precisión: el poeta, como decía Lorca, ha de ser un maestro de los cinco sentidos corporales, diccionario incluido). Luego, el azar me ha regalado un momento único: yo andaba trabajando en un archivo, leyendo cartas viejas de antiguas gentes que pedían y volvían a pedir favores, y me iba invadiendo una sensación de tedio, algo así como la vanitas vanitatum et omnia vanitas. Porque hay que ver la de tiempo que se pierde en tonterías, y que el rastro de la vida al fin se reduzca a eso. Se oían de fondo las bandas procesionales por la calle Ancha. Y de pronto empezaron a sonar las campanas de San Antonio, acompasándose a la música. Fue un rato de sonido a dos niveles, celeste y terrenal, que esperaba a que saliera de su templo la Virgen de las Lágrimas. Olía a incienso, a azahar y a pitosporos. Fue un momento sonoro de belleza excepcional.

También he aprendido esta Semana Santa que el tiempo nace, se desarrolla y muere. Hay algo que se llama energía oscura. Y si al principio fue el Big Bang, tal vez al final de los tiempos sea el Big Rip: el gran desgarramiento. Y esa energía oscura actúe contra la ley de gravedad y todo lo que existe -los soles, los planetas, los átomos- se irá separando para ir a perderse al infinito. Yo soy una persona religiosa, adicta al espíritu unitivo de Amor-Eros. Y me ha dado pena pensar que al final no vaya a haber más que separación y soledad. Pero bueno, lo que haya de ser, será. Hoy, lunes, vuelta al trabajo: energía oscura. Menos mal que en el cosmos hay breaks, o sea intermedios de recreo. Para saber cómo huele el azahar de la China. Cómo suenan y sueñan las campanas. Qué bien sabe una cañita con brisa de levante. Qué lujo tener a los átomos de vacaciones. Y qué suerte, que te cuente las cosas de la vida del cosmos -de manera didáctica y sencilla- Jesús Martínez, un astrofísico natural de Chiclana.

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