Turismo Cuánto cuesta el alquiler vacacional en los municipios costeros de Cádiz para este verano de 2024

Análisis

Enrique montiel

LA Isla, primero

La Isla lo primero en nuestro corazón, no puede minorar lo que es de otros

Hace algún tiempo polemicé con Chiclana por unas declaraciones de su alcalde acerca del lema que se está haciendo ahora viral, desde el discurso de Trump en el Capitolio: First America… En aquella ocasión, pedía José María Román, por otra parte siempre sensato, que había que contratar chiclaneros para las obras que se hacían, y comprar productos chiclaneros, y un huevo duro más. Aquí en la Isla lo ha hecho José Loaiza también. En un momento dado llega el virus y plaf, el más sensato se desquicia. Porque que lo digan los nacionalistas en todas sus gradaciones, pues bueno, es lo que se espera de ellos, pero que lo digan otros, desde posiciones liberales o socialdemócratas, pues es como raro, ¿no? Escribí entonces (de memoria lo digo ahora) algo así como que en contrapartida no se contrataran empresas de Chiclana, ni se compren productos de Chiclana, ni se vaya a Chiclana. O sea, el cierre es el cierre, ¿era eso lo que quería el alcalde de la ciudad vecina? Contratar americanos, comprar americano ha dicho el nuevo presidente USA, Dios nos ayude. ¿La onda llegará a la Isla relativamente pronto? ¿Nos pondremos las camisetas con el lema NO todo el Mundo puede ser de la Isla? Digo cosas así. El mundo abierto tiene la tentación de cerrarse. Con el Brexit y con Trump y con esta cosa española perniciosa de haber confundido la descentralización con la secesión, que siempre trae guerras, atrasos, odios, heridas y cicatrices. ¿Primero la Isla? Veo la tentación hasta en personas de natural bondadosas, equilibradas. Es una inflamación mórbida del amor a donde uno ha nacido, tan opuesto al amor que hay en el poema de don Antonio Machado en donde glosa a Ronsard: De aquel traigo este fragmento:

(…) España, alto y roque/hoy traigo a ti, Guadalquivir florido,/ una mata del áspero romero. /Mi corazón está donde ha nacido,/no a la vida, al amor, cerca del Duero.../¡El muro blanco y el ciprés erguido!

La defensa de lo que somos, porque hemos llegado a serlo, no debería ser la negación de lo que otros llegaron a ser. Una ciudad abierta, un país abierto, nunca puede ser algo terrible. Porque de lo contrario vienen estas derivadas de la enemiga a la ciudad vecina, la negación de la mano que hay que tender al otro.

La Isla lo primero en nuestro corazón, porque es lo más nuestro, no puede minorar lo que es de otros y que, incluso, puede que no sea más que lo que tenemos. Así que hay que empezar a tejer de nuevo la red en la que estemos todos, la cobija única bajo la que protegernos de este frío que está llegando, este desierto que avanza. Por eso hay que cambiar el soy por el somos y el somos por el seremos. Siendo cada uno de su lugar originario en donde nació el corazón, no a la vida, al amor…

Que en nuestro caso es cerca de un puente, fíjate.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios