Turismo Cuánto cuesta el alquiler vacacional en los municipios costeros de Cádiz para este verano de 2024

Análisis

Pedro G. Tuero

Hablamos andaluz

Los andaluces no hablamos ni mejor ni peor que el resto de los hispanohablantes

Porque antes que nada, mi hablante andaluz, tenemos que sentirnos muy orgullosos de hablar como lo hacemos. Debemos de acabar con el complejo -que aún queda- de que hablamos mal. El andaluz, como forma de habla, es tan respetable y tan digno como cualquier otra manifestación lingüística que se pueda dar en España. Cuando recriminaba a algún alumno para que hablase o se expresase con corrección, me contestaba con un tono que parecía convencido y hasta resignado, diciéndome que él era andaluz. Esto me sacaba de quicio y me exasperaba, pues esa actitud indicaba el complejo y, por supuesto, la ignorancia que todavía se tiene de nuestro propio habla. Porque se puede y se debe hablar bien -respetando la norma académica y lingüística del español- pero en andaluz. Podemos y debemos expresarnos oralmente con nuestros rasgos del andaluz. Sin complejos.

Pronunciar las "eses" o las "jotas" -como hace el que no es andaluz o no quiere serlo- no significa que hable correctamente. Sin embargo, nuestro habla, que no pronuncia esos rasgos fonéticos, puede hacer un uso del castellano mejor que ese vallisoletano, toledano o madrileño que, por cierto, es ahí -en Madrid- uno de los lugares donde más se maltrata y peor se utiliza la Lengua española.

Hablar bien consiste en expresar exacta y claramente lo que queremos decir. Hablar bien, tanto si se utiliza un registro culto como si se expresa en uno coloquial, en ambos casos hay que hacerlo con propiedad y corrección de acuerdo con la situación en que se encuentran los interlocutores o el tema del que se trate. Es expresarse utilizando los rasgos propios de cualquier modalidad con naturalidad y respeto, sin caer en vulgarismos. Por lo cual, los andaluces no hablamos ni mejor ni peor que el resto de los hispanohablantes: hablamos de una manera distinta.

De todas formas, hay que tener en cuenta que muchos andaluces, por falta de instrucción, apenas han conocido otros modos de hablar que los suyos, por lo que difícilmente se verán tentados a sustituirlos por otra forma que ellos crean mejor. Porque, sin embargo, no es ningún complejo de inferioridad el sentimiento que lleva a muchos andaluces cultos a usar, en ocasiones, un modelo de español general o estándar, variando su forma de hablar (español estándar frente al regional) en función de la situación en que se encuentren o de las personas a quienes se hable. En este caso se trata de un cambio voluntario de registro lingüístico, que no implica necesariamente desafecto hacia el habla regional.

Para concluir, aunque lo dicho es muy poco y escaso para tanto que hay que decir de este bendito habla, sólo deseo que mi lector tenga conciencia de lo importante que es este modo de hablar del que disfrutamos. Así, es el lenguaje flamenco lo más genuino como expresión y sentimiento del pueblo andaluz. Las letras de los cantes con un lenguaje a veces rudo, directo, sin artificios, muy diferente del lenguaje empleado por los autores cultos, nos impresionan.

Esto y mucho más es nuestro andaluz. Nuestro mejor patrimonio cultural. No lo olvidemos.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios