Cosas de esta mi Isla que durante algún tiempo la tengo abandonada. Y ya con este mi cierro reformado y arreglado definitivamente estoy dispuesto a contar y a referir lo que desde aquí veo. Pero, hay tantas cosas que observo y contemplo, porque en este momento en el que pongo a escribir -o lo que sea- no sé por dónde empezar. Y es que me encuentro con tanto qué opinar y considerar que no me decido por cuál. Y esto, mi lector inteligente, no es la primera vez que me ocurre, porque me he dado cuenta de que me suele suceder cuando este mi cierro está casi nuevo y reformado y, sobre todo, con los cristales tan limpios como más transparentes.

Por esto que he dicho, comenzar el artículo con el tema de las ratas, me parecía demasiado desagradable y repugnante. Un gran problema para esta ciudad de mi alma, ya que sé que más de una, alguna vez, se ha disfrazado de concejala.

Ni tampoco, ni es para tanto, comenzar hablando de aquella cerradura que la cambiaron para evitar estropicios. Y me refiero, como sabe mi lúcido lector, a la de la Casa del Pueblo, donde aquella ex senadora que fue silenciosa, ya que así la tildábamos mi amigo Duarte y el menda, no pudo entrar. Y ahora al hacerse "pedrista" y lenguaraz forma parte de la ejecutiva federal encargada del Mayor, y qué miedo, que yo lo soy.

Aunque, por otro lado, no sé si haberlo iniciado refiriéndome al desbarajuste que atañe a nuestro San Fernando CD, donde su presidente ha dimitido. Alejandro Zapata, un buen alumno del que disfruté y de una familia que aprecio no ha tenido más remedio que irse por esa situación insostenible y presionado por todas partes, nos dice.

O, por ejemplo, hablar de los actos -necesarios y muy oportunos- que están teniendo lugar con motivo del 24 de septiembre; aunque, según cuando esto escribo, todavía no han terminado.

Total, mi desorientado lector, que no sabía por dónde comenzar este batiburrillo de ideas y destemplanzas. Después de avistar o divisar un verano flamenco y hasta "pesao" por todas las esquinas (que me perdone mi amigo Lolo Picardo) que hasta a nuestra gentil alcaldesa se le ha puesto cara de bailaora.

Y ya terminando, sin saber por dónde, también estoy cansado y cabreado de ese 1-O (uno a cero) que todos los días veo en la prensa. Que me parece que estoy ojeando las páginas deportivas. Aunque ya, después, me doy cuenta de que se trata de la fecha de ese derrumbamiento que algunos hijos de puta están haciendo con nuestra democracia. Esto es lo que hay en este país -antigua España- donde los cocineros son más ilustres, meritorios y loables que cualquier historiador o literato de nuestra historia.

Cosas de aquí y de allá.