Los grandes retos para el sucesor de Obama

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Una de las principales tareas del nuevo mandatario será unificar un país desgarrado por la campaña electoral.

Varias personas votan en la cafetería Pressure Billiards de Chicago, Illinois.
Varias personas votan en la cafetería Pressure Billiards de Chicago, Illinois. / EFE
DPA

washington, 08 de noviembre 2016 - 23:36

Probablemente no habrá un solo día sin complicaciones. "Nunca habrá cosas fáciles que uno pueda lograr como presidente. Si son sencillas, serán consideradas de menor relevancia". Así le dijo una vez Dwight D. Eisenhower a John F. Kennedy.

Las cosas tampoco serán fáciles para quien suceda a Barack Obama en la Casa Blanca a partir del 20 de enero de 2017. Éstos son los retos clave que tendrá que afrontar el presidente número 45.

¿Cuáles serán los mayores desafíos para el sucesor de Obama?

Siria, el terrorismo del Estado Islámico (EI), Rusia, China. De cara a afuera, el nuevo presidente o presidenta del país tendrá que dejar claro rápidamente a sus aliados y enemigos dónde están sus prioridades y cuáles son sus objetivos. De cara a adentro, su prioridad es volver a unificar un país desgarrado y dividido por una brutal campaña electoral.

Comenzando por la política exterior, ¿qué tendría que hacer el sucesor de Obama?

La estructura de la seguridad mundial es mucho más frágil ahora que cuando Obama asumió el poder en 2009. La era de Pax americana -como se conoce el periodo de paz relativa en el mundo occidental tras la Segunda Guerra Mundial marcada por el predominio militar y económico estadounidense- parece llegar a su fin.

El conflicto en Siria, la lucha contra el EI, las tensiones con China -entre otras cosas por la disputa en torno a las islas en el Mar de la China Meridional-, las agresiones rusas, un convulso Oriente Próximo, una creciente inseguridad nuclear, una agresiva Corea del Norte, un norte de África fragmentado, los fundamentos del mundo occidental amenazados... La agenda está muy llena.

Dentro de Estados Unidos, ¿qué se espera del nuevo líder?

Las elecciones en Estados Unidos suelen decidirse siempre de forma muy ajustada. Pero esta vez, la brecha es especialmente profunda y auténticos abismos dividen a la sociedad, por lo que los perdedores se sentirán especialmente decepcionados.

Un endurecimiento de las posiciones ideológicas, cambios demográficos, violencia policial y disturbios étnicos, un mayor aumento de la desigualdad entre ricos y pobres o la cuestión siempre candente en EEUU sobre qué tipo de país quieren sus habitantes conforman una agenda que bastaría para llenar los mandatos de varios presidentes. Sin contar con los problemas del día a día, como la necesidad de renovación de la infraestructura.

Oficialmente, Obama seguirá en la Presidencia hasta enero. ¿Cómo será la transición?

La transición suele ser un momento de alta tensión. El país y el Gobierno no pueden permitirse una pausa, incluso a pesar de que el presidente saliente no tomará ya ninguna decisión importante sin aclararlo antes con el electo.

Una verdadera tropa de los dos candidatos a la Presidencia lleva ya tiempo preparando el eventual traspaso de poder y también la Casa Blanca cuenta con su propio mecanismo para ello.

Ser presidente de EEUU. ¿Puede alguien realmente prepararse para convertirse en el hombre más poderoso del mundo?

Prepararse lo mejor posible sí, pero no se puede estar listo para cualquier cosa. Muchas presidencias se han visto marcadas por sucesos imprevisibles, como la crisis de Cuba, los atentados del 11 de septiembre o el colapso de los mercados financieros.

Ya sólo los conflictos previsibles requieren gran parte de la atención. Occidente comienza a aceptar que la ola de radicalización, autoritarismo y yihadismo perdurará al menos una generación.

¿Y en cuanto a Europa?

Una UE inmersa en una crisis y en las dificultades derivadas del Brexit será uno de los temas que previsiblemente tendrá que afrontar la Casa Blanca en 2017. Y, geográficamente cerca, Turquía plantea a Washington el desafío de aclarar una complicada relación bilateral.

Los poderes del presidente

El presidente no puede declarar una guerra, lo hace el Congreso. Sin embargo, puede enviar tropas de combate a países extranjeros si lo considera necesario para la seguridad de EEUU. En ese caso, tiene un periodo de hasta 90 días para pedir el visto bueno del Congreso.

Es también comandante en jefe de las Fuerzas Armadas estadounidenses, el mayor Ejército del mundo. Es el único que puede ordenar el uso de armas nucleares y que dispone de los conocidos como Gold Codes, los códigos para lanzar armas atómicas. Sin embargo, lo podrían evitar el secretario de Defensa y el jefe del Estado Mayor bajo determinadas circunstancias.

Puede presentar y vetar leyes que hayan pasado por las dos cámaras del Congreso -el Senado y la Cámara de Representantes-. Ese veto, a su vez, puede ser tumbado con una mayoría de dos tercios de las cámaras. De producirse una disputa, el presidente no tiene derecho a disolver el Parlamento y convocar nuevas elecciones.

Nombra a los magistrados supremos, que tienen una gran influencia en la vida política y social. Sin embargo, deben pasar también por la aprobación del Senado.

Puede indultar a presos o reducir sus penas, algo válido también en el caso de pena de muerte.

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