"Si Dios existiera, no dejaría que me quitaran a mis hijos"

La jerezana Diana Regel tendrá que entregar mañana a sus hijos, de 6 años y 13 días, a servicios sociales porque según la institución se encuentran en "situación de riesgo"

Manuela y Diana observan a Jadel, con 13 días de vida, días atrás.
Manuela y Diana observan a Jadel, con 13 días de vida, días atrás.
J.p. Lobato / Jerez

28 de agosto 2012 - 05:01

"He perdido la fe y ya no me queda orgullo. Si Dios existiera, no permitiría que me quitaran a mis hijos". Son las palabras de Diana Ragel Granadino, una madre soltera de 35 años que tendrá que ver mañana cómo los asistentes sociales se llevan a sus dos hijos, Idaira, de 6 años, y Jadel, recién nacido hace 13 días, por estar "en situación de riesgo" debido los problemas económicos que Diana y su madre de 59 años, Manuela Granadino, con la que vive, arrastran desde hace años y los que las han llevado "a que haya días que nos levantamos preguntándonos qué le vamos a dar de comer a los niños", explicaba la abuela de los pequeños.

La situación de Diana se remonta al pasado 2010, cuando dejó su trabajo para cuidar de su madre tras sufrir una grave embolia en la pierna. A partir de ese momento, el dinero dejó de entrar en casa y las mensualidades comenzaron a acumularse. Con una hija ya en el mundo, recibieron la notificación de que les embargaban su piso de la calle Azorín de Jerez tras llevar meses sin pagar la vivienda, la luz y el agua. Madre e hija decidieron entonces manifestarse ante el Ayuntamiento para exponer su situación y pedir algún tipo de ayuda. Tras dos meses frente al Consistorio jerezano, desde enero hasta mitad de marzo, recibieron la concesión de un nuevo piso situado en la barriada del Mopu. No se instalaron hasta noviembre porque debía someterse a algunos arreglos, tiempo en el que permanecieron en su anterior vivienda de Azorín.

Finalmente, llegó el día que Diana se instaló en el nuevo apartamento con su madre, su hija y ya embarazada de Jadel, fruto de una relación con un novio que se desentendió tras conocer la noticia. Aunque la concesión del piso supuso un alivio, la situación volvía a repetirse. Con su madre todavía enferma, y sin percibir ningún tipo de pensión, el dinero seguía sin entrar en casa. La jerezana aseguraba haber "pedido trabajo en todos sitios. Tengo experiencia como dependienta, limpiadora, reponedora e incluso he estado en la Marina. Pero el teléfono no suena". A día de hoy llevan 4 meses sin luz ni agua en la vivienda del Mopu "y vivimos prácticamente de la caridad de los vecinos o de la gente que nos conoce. Gracias a ellos come mi hija, porque hay días en los que ni yo ni mi madre probamos bocado, pero nuestra prioridad es ella, y ahora Jadel". El límite de pobreza de la familia llega a tal punto que han tenido que "llegar a pedir velas al cura de la parroquia para poder ver de noche". El estrés y la inquietud llevaron a Diana a tener "un embarazo de riesgo, con la tensión alta y constantes ataques de ansiedad. Todo esto ha repercutido en que mi hijo nada más nacer tuviera una importante bajada de azúcar. Tan pequeño como es, y ya tiene que estar medicado y controlado".

La noticia de que tendría que entregar sus hijos a los servicios sociales la recibió estando aún en el hospital, dos días después de dar a luz. La madre explicaba entre lágrimas cómo "me dijeron que tenía que entregarlos el miércoles (mañana para el lector) en Cádiz . Los pequeños irán con una familia de 'padres canguro' y a mí me obligarán a firmar un contrato en el que me comprometo a una serie de cuestiones para recuperarlos, entre las que están el encontrar trabajo y ponerme al día con el piso, todo relacionado con el bienestar de mis hijos. Si no consigo estas metas en un plazo de 6 a 9 meses, darán a mis niños en adopción y los perderé".

El problema ha llegado a desbordar psicológicamente tanto a Diana como a Manuela, que ya no saben "a quién recurrir ni dónde buscar trabajo". La jerezana explicaba sollozando cómo le dijo a su hija que se tendría que ir con otra familia "porque ni la abuela ni mamá te pueden mantener. Del susto y el nerviosismo, lleva sin dormir y sin ganas de comer desde que se enteró. Los servicios sociales me comentaron que tenía que ir preparándola, ¿pero de qué forma preparas a tu hija para que se vaya de tu lado?". La única salida que Diana ve a la situación es "encontrar trabajo y estabilizarme antes de noviembre, que es cuando tenemos que empezar a pagar este piso. Si ya nos echaran también de aquí, sería casi imposible que los volviera a ver. Y esa idea es aterradora para cualquier madre".

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