MANGA es la pronunciación japonesa de la palabra que significa cómic. La derivación de las palabras en japonés es distinta que en castellano, y al dibujante de mangas no se le llama mangante, sino mangaka. Los aficionados al cómic japonés, manga, se dan cita, con cierta periodicidad, en salones y eventos a los que suelen ir disfrazados de sus personajes favoritos, o llevando ropa conjuntada según una estética determinada. En otro tiempo, ir disfrazado de El Capitán Trueno o de Mortadelo sin estar en carnaval, sería impensable. En los salones manga es habitual vestirse de personajes como Naruto, Sakura, etc. Hace poco se celebró en Cádiz el tercer salón manga que, con una magnífica organización a cargo de los miembros de Ani Raise, concentró a muchos visitantes. El volumen de aficionados al manga que hay en todo el país es muy grande; tanto que ya es posible hablar de una generación manga, cuyas aficiones y comportamientos llaman la atención, especialmente a sus padres. Se trata de una generación interesada en lo japonés. La Universidad de Cádiz, a través del Centro Superior de Lenguas Modernas, lleva varios años impartiendo con éxito, cursos de japonés en distintos niveles, que cada vez son más demandados y que están abiertos a quienes quieran acercarse. Esta generación manga practica juegos de estrategia como el go y el shogi, parecido al ajedrez y del que el embajador japonés en España es especialista. Es preciso señalar que algunos mangas se trasladan a la televisión y se llaman ánime. Los antecedentes fueron Heidi y Mazinger Z, y ahora son Shin-Chan y Tsubasa. Los mangas constan de aventuras que se mantienen mientras haya demanda, y cuando ésta baja los cortan. Es lo que se conoce en japonés como un corte de manga. Pero lo verdaderamente importante es que la gran mayoría de los mangas se quedan en el papel, y que para tener acceso a ellos hay que leerlos. Por tanto, estamos ante una generación que lee, y si esta juventud se habitúa a leer, el futuro es prometedor.