PODEMOS decir los gaditanos que es muy difícil ser profeta en esta tierra. Más que en Galilea, donde va a parar. Y no sólo profeta. Aquí es difícil ser cualquier cosa, menos un papafrita. Porque hay gaditanos con complejo de inferioridad, en cuyo ideario no se concibe que alguien de Cádiz pueda ser una figura de algo que no sea el Carnaval. Ahí tenemos a Manuel de Falla, el mejor músico español, al que muchos consideran granadino. Se podrían poner otros ejemplos. Pero vamos a lo que vamos: ahora resulta que la gaditana Mercedes Formica era malagueña. Y allí han pedido su busto, ya que aquí Ana Camelo y los de Podemos no la quieren.

La petición que han realizado Alfredo Taján, Mariano Vergara, Salvador Moreno Peralta y otros representantes de la cultura malagueña se fundamenta en que Mercedes Formica vivió los últimos años de su vida en Málaga, donde murió. Por otra parte, Vergara es el prologuista de las memorias de Formica, que en 2013 publicó la editorial sevillana Renacimiento, siempre sensible a la literatura, pues su editor, Abelardo Linares, lo mismo publica a poetas del bando republicano que del otro, ya que no se fija tanto en eso como en los valores culturales. Algo esencial, que los catetos, los resentidos y los ignorantes no entienden.

Se le está dando un sesgo manipulador a la figura de Mercedes Formica que no se ajusta a la realidad. Por un lado se fijan en sus vinculaciones falangistas, que asimismo tuvieron intelectuales que después han pasado por progresistas. No fue sólo Dionisio Ridruejo quien pasó de falangista a socialdemócrata. Por el otro lado, al poner a Formica como defensora de los derechos de la mujer en el franquismo, que lo fue, hay quienes la pintan como si fuera una precursora de Femen y las feministas más extremas, lo que tampoco es exactamente así.

Las personas viven en un tiempo. No todo el mundo es capaz de mantenerse fiel a sus ideas. O son las ideas las que van cambiando. Por ejemplo, ahora hay en Cádiz algunos de Podemos que antes eran del PP, y naturalmente son anticapitalistas de toda la vida. Mercedes Formica fue una mujer de su tiempo, con sus ideas y creencias. Por lo menos, tenía eso, que no todos y todas pueden decir lo mismo. Quienes quieran conocerla, que la lean. En cuanto al busto, es seguro que estaría mejor atendido y cuidado en Málaga. Aquí maltratan a los bustos, parecen sospechosos. Creen que algo malo haría para que le pusieran un busto.

Menos mal que siempre nos quedará don Fermín, el único profeta de esta tierra.