Gastronomía José Carlos Capel: “Lo que nos une a los españoles es la tortilla de patatas y El Corte Inglés”

Su propio afán

enrique / garcía-máiquez

Suben las Apuestas

EL PSOE está en el centro del escenario (o de la melé) y pasan por él, en consecuencia, todos los cálculos y las cábalas. Y eso, a pesar de los peores resultados de su historia. La razón aritmética es evidente: tanto la Gran Coalición (PP-PSOE) como la Gran Abstención como el Pacto de Izquierdas (PSOE-Podemos y el resto) dependen de él. Hay otra clave: la cuestión espacial, que ya he explicado aquí otras veces. La posición ideológica de los partidos es relativa: no se es de derechas o de izquierdas sino según se esté situado más a la derecha o más a la izquierda. El PP ha luchado encarnizadamente por dos cosas contradictorias: ganar el centro y no dejar que surja ningún partido a su derecha. De modo que, por mucho que haya desplazado el centro de gravedad hacia la izquierda, él siempre está situado a la derecha (del resto). El PSOE sí está en el centro del escenario porque también está en el centro del panorama, con dos partidos a su derecha (PP y C's) y dos a su izquierda (Podemos e IU).

El problema es que, como mostraba aquel logo inmejorable de la UCD, el centro siempre tiene dos almas: aquellos dos semicírculos, verde y naranja, ¿recuerdan?, y en el centro un vacío. En el PSOE actual están los proclives al populismo y los propensos a los populares o, mejor dicho, al constitucionalismo. Es importante repasar todo esto para entender que la nueva situación de Cataluña no cambia nada, más allá de la intensidad, que sí crece mucho. Suben las apuestas y la presión para ambos bandos del PSOE.

Los partidarios del Pacto de Izquierdas se encuentran con que, sin unas elecciones en Cataluña en las que Podemos tendría que haber extremado su defensa del referéndum de autodeterminación, el pacto resultará menos imposible. Los partidarios de la Gran Coalición, al haberse reactivado el proceso independentista, se sentirán más urgidos a actuar con responsabilidad. Es una tesitura muy compleja para PSOE, porque si vence su alma institucional, perderá muchos votantes a manos de Podemos; y si se impone el alma más izquierdista, otros muchos emigrarán a C's o incluso al PP. Pero no veo cómo podría no elegir.

¿Dejar correr el tiempo y que fracase el Pacto de Izquierdas, o de inicio o de ejercicio? Tal vez sea esa la nueva idea de Susana Díaz, tratando de que el chasco prevenga a los votantes más de izquierdas o les desengañe. El problema es que los acontecimientos se precipitan.

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