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Su propio afán

enrique / garcía-máiquez

Huelga de hambre

NO soy sospechoso de nacionalismo catalán, pero estoy deseando sumarme a la huelga de hambre que unos conocidos miembros de la ANC (Asamblea Nacional Catalana), pertenecientes a su Secretariado, están realizando desde ayer para apoyar la investidura de Artur Mas. En estas fechas, después de los atracones navideños, no hay nada que pueda apetecernos más que una dieta desintoxicante. Y más aún cuando los huelguistas se han puesto un límite bien cómodo: 24 horas. De modo que además te aseguras que llegarás al roscón de Reyes con todas las ganas del mundo.

Pretenden presionar a los miembros de la CUP (Candidatura de Unidad Popular). Por ahora los anti-sistema están divididos en "antis" y en "sistemas" y dudan entre investir o embestir a Artur Mas. Andan milimétricamente empatados. Esa incertidumbre (que no han podido deshacer ni todas las leyes de la probabilidad que afirman que es bien difícil que 2050 tipos votando empaten a 1015) no creo que la vaya a deshacer ahora una huelga exprés de hambre justo cuando menos hambre se pasa de todo el año. Tan empachados, la presión ahora no la mete una huelga de hambre, sino la noticia de que tu suegra te ha invitado a otra comida más. A esa huelga, en resumen, le falta dramatismo. Si un farmacéutico se pone en la puerta a vender sobres de Almax, se forra. O se rehace un poco el hombre de la costumbre soberana que tiene la Generalitat de no pagar las deudas.

Claro que uno de sus convocantes es Víctor Cucurull, historiador famoso por sus teorías sobre la catalanidad indubitable de Cervantes, de Santa Teresa de Jesús, de Hernán Cortés y de Cristóbal Colón. Su apellido, Cucurull ("yo sé más que tú") es propiamente catalán, como una rumba ("tururú"). Será -hemos de suponer- otro aliciente de la velada. A régimen depurativo y escuchando cómo, no sé, Murillo, por ejemplo, era en realidad Murill y nació en Sabadell, pero el Estat español se lo apropió. Espanya ens roba.

Lo que no tiene gracia es que Cataluña ha presumido siempre de ser la parte más adelantada de España, y a ver si acabamos los demás igual, con huelgas de hambre de 24 horas para presionar a quien sea de que invista (o embista) a quien sea. Me temo lo peor. Es tal el panorama que han dejado nuestras elecciones generales que me veo ayunando. Pues bien, si nos tenemos que poner a ello, que sea pronto. Más dispuestos que ahora no vamos a estar en ninguna época del año.

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