EL antiguo hebreo y el árabe prescinden en su escritura de las vocales, lo que tal vez inspiró al PSOE aquello de ZP para publicitar a Zapatero y esto de Pdro Schz para el nuevo, a ver si repetían el éxito de la marca zapateril. Con un nombre propio puede gustarnos más o menos, pero no produce confusión, después de que te acostumbras y te ríes. Con toda la escritura ha de producir mayor tensión lectora, como el que a la vez rellena un sudoku o acierta una adivinanza. Si Susana Díaz decidiese apuntarse a la moda de su partido, su nombre quedaría Ssn, que también podría leerse: "Sí-sí-no", y ser un anagrama de su decisión intermitente de hacerse con la secretaría general del PSOE. Susana o Sísíno da dos pasos al frente y luego uno para atrás. El primer "sí" porque le sale y el segundo, para sostener el primero. El "no", luego, porque, huy, a ver…

No sé ahora si entre sus propósitos para el año nuevo estará, junto a hacer deporte, controlar la dieta y practicar más el inglés, que son los de todos los españoles, estará, digo, el asalto al poder socialista. Me encantaría conocer sus propósitos y también los de Pablo Iglesias. Ambos son los más decisivos del panorama. Aunque si se subastaran, seguro que Pdro Schz pagaba por ellos más que nadie.

Nos los dirá el tiempo, que siempre se entera de todo, pero yo voy a echar mi cuarto a espadas y a tratar de adivinar los de Ssn Dz. Creo que, a estas alturas, Sísíno debe de andar por el "no", arrepentida de haberse dejado arrastrar por todo lo que lleva dentro. Algunos de los barones que la jaleaban han empezado a guardar la ropa más que a nadar en aguas revueltas, y Schz se ha revuelto con más solidez de la esperada. Lo interesante es, sobre todo, el motivo por el que se han asustado los otros barones: entre la militancia y simpatizantes del PSOE, criados en el odio sin fisuras a la llamada derecha, se ve con malos ojos que se deje pasar cualquier oportunidad de desalojar al PP, aunque sea ruinosa a medio plazo para la nación y para el partido. Ese sentir de las bases hace que cualquier resistencia al pacto con Podemos tenga los pies de barro.

El propósito de Ssn, entonces, debe de ser quedarse aquí, en Andalucía, calentita. Pero el problema de quien da dos pasos adelante y uno atrás es que, aunque sea lentamente, acaba avanzando. Ha ido ya tan lejos que quizá no tenga demasiada vuelta atrás. Desde luego, fácil no la tiene.