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rafael / sánchez Saus

El verdadero origen de la Navidad

UNA de las causas que han contribuido al desprestigio de la Navidad como celebración del nacimiento de Cristo es la extendida creencia de que la fecha del 25 de diciembre fue elegida por la Iglesia para suplantar a cierta festividad pagana previa o para aprovechar el arraigo popular de las viejas tradiciones en torno al solsticio de invierno. Sin embargo, estudios recientes han llegado a conclusiones muy distintas. La realidad es que consta que la Navidad se celebraba ya entre las comunidades cristianas del siglo II, mientras que hasta el año 274, más de cien años después, no se decretó en Roma la celebración del "Nacimiento del Sol Invicto" y precisamente para contrarrestar desde el paganismo oficial la creciente popularidad de la Navidad.

Pero, ¿qué motivos impulsaron a los primeros cristianos a llevar el nacimiento de Jesús al 25 de diciembre cuando nada se dice en los Evangelios de esa fecha? Pues la simple y aplastante lógica de trasladar el nacimiento del Niño a los nueve meses exactos de la fecha previamente admitida de la Encarnación, establecida desde tiempo atrás en el 25 de marzo. Y es que muy pronto se había llegado a la conclusión, entre los cristianos del Occidente romano, de que Cristo había muerto un viernes, 25 de marzo, y esa convicción llevó a suponer que también un 25 de marzo había sido concebido, ya que era una creencia de origen judío y vigente en los tiempos de Jesús, que todos los grandes profetas de Israel habían muerto en una fecha coincidente con el día y mes de su concepción. Por eso situaron los cristianos la Encarnación en el 25 de marzo y el nacimiento de Jesús el 25 de diciembre, del todo ajenos a asuntos de solsticios y de contiendas entre luces solares y tinieblas invernales. Una prueba concluyente de que así nació la Navidad cristiana es que en Oriente, donde no se aceptó la fecha del 25 de marzo como la de la muerte de Jesús sino que se prefirió la del 6 de abril, tardaron mucho tiempo en aceptar el 25 de diciembre como fecha de la Navidad. Todavía hoy, como se sabe, la Epifanía, el 6 de enero, es decir los nueve meses exactos después del 6 de abril, es en Oriente y para toda la Iglesia ortodoxa una fiesta mucho más importante que la propia Navidad.

Así pues, la Historia, ese "misterioso taller de Dios" según Goethe, se suma gozosa a la fiesta y nos desea ¡feliz Navidad!

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