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Su propio afán

enrique / garcía-máiquez

Aire de comedia

UN artículo se puede permitir el lujo, decíamos, de no hablar de la actualidad, pero ha de hacerlo siempre desde el presente. Esto nos permite descansar un día de la política andaluza o de la salida o no de Grecia del euro -que es un laberinto de dimensiones cretenses- para dedicar unas líneas a un libro de aforismos recién publicado. Se titula Aire de comedia y lo ha escrito mi amigo Ramón Eder, que debe de ser ("Si tienes amigos reaccionarios y progresistas es que eres un escéptico") un escéptico.

Frente al reparo a dedicar una columna de opinión a dejar la palabra a otro, un aforismo suyo me reafirma: "Hay un tipo de generosidad que consiste en regalar nuestra ausencia". Las citas, que a veces fastidian a algunos, tienen muchas ventajas que ya sabíamos: la honestidad intelectual de reconocer de quién se adquirió la idea, la seguridad de corresponder con algo tangible y valioso al generoso lector que te regala su tiempo; la creación de una conversación y un ámbito de diálogo…

Sumemos otra: la posibilidad de desaparecer durante unas frases. Es, probablemente, la omisión esencial para alcanzar la verdad según la fórmula exacta que nos revela Aire de comedia: "La verdad sólo se puede contar mediante exageraciones y omisiones". Ese método binario, paradójico, es un hallazgo superlativo.

El libro está lleno de ellos y muchos, a pesar de lo dicho en el primer párrafo, nos devuelven a la inmediata actualidad. Sin duda ninguna, éste: "Vivimos una época de élites mediocres". "El sexo se está convirtiendo en una especie de deporte" es un aforismo que tiene todo el sabor de un diagnóstico. Aunque estaba a la vista de todos, había que verlo. Una profecía terrible que casi no lo parece, ni casi terrible -aunque lo sea- ni casi profecía -porque está a la vuelta de la esquina-: "Acabarán inventando la pastilla fatídica que nos hará estúpidamente felices". Ramón Eder ofrece un caritativo aviso a bien pensantes escandalizados: "Lo malo del humor políticamente correcto es que no tiene gracia". Y un lema para articulistas obstinadamente optimistas en estos tiempos confusos: "Hay que tener muy buena vista para ver la botella medio llena cuando está medio vacía".

"Hay una especie de alpinismo que consiste en contemplar una montaña desde la terraza de un bar", constata Eder; y yo añado: también hay una especie de columnismo en leer un libro en la terraza de un bar, y compartirlo.

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