Su propio afán

enrique / garcía-máiquez

Barómetro Rajoy

SIGO dando golpecitos con el dedo al barómetro Joly, como se hace con los barómetros de siempre, llamando a su ventana mágica, preguntando a sus enigmáticas y magnéticas agujas. Sosteníamos que Podemos no era para tanto pasmo, y el estudio lo demuestra. Lo que no quita su mérito a la formación. Podríamos llamarla "Pudisteis" porque el efecto catártico que han tenido los de Pablo Iglesias era lo mejor que podían dar de sí, ya lo han dado y se les reconoce. Han estrechado el cerco a la corrupción, poniendo las pilas a la opinión pública, a los jueces e, incluso, a los otros partidos.

Hay más conclusiones del barómetro. El peso de Susana Díaz, sin duda. Es la más valorada y está siendo capaz de mantener a Podemos en Pudisteis. Es otro dato que se veía venir. Si hasta yo, desde una esquina y a ojo de buen cubero, veía el peso de Susana, ¡qué claro no lo vería Rajoy y su equipo de estrategas bien pagados y a jornada completa! Es algo que podría explicarnos el nombramiento de Juan Manuel Moreno Bonilla. Otra manera de entenderlo no hay.

Rajoy nombra desde lejos y a dedo (lo que lo debilita más) a un débil candidato popular a la Junta de Andalucía… y refuerza así a Susana Díaz. Consigue -de un solo movimiento de ajedrez en apariencia trivial- varias cosas: propicia el afianzamiento de una voz crítica e independiente dentro del PSOE y le asegura una amplia zona de confort en su feudo electoral para que no tenga, por si acaso, demasiadas tentaciones de saltar a la política nacional, pero sí mucho desahogo para dedicarle su tiempo. La maestría del plan estriba en que protege a Pedro Sánchez, apodado Pedro Chárquez por su habilidad para pisarlos, a la vez que le crea contradicciones internas. Ampara así un bipartidismo asimétrico. Y, encima, de forma sobrevenida, tiene en Susana Díaz un muro de contención contra Podemos al sur y por la izquierda. Para asegurarse de que le salga tanta carambola, desde el PP y sus terminales mediáticas no se mete una presión excesiva por los EREs.

Esta posible jugada maquiavélica (si fuese evidente no sería ni jugada ni maquiavélica, como es evidente) le estaría saliendo a Rajoy a pedir de boca.

Moreno Bonilla es buen muchacho, obediente, simpático y voluntarioso, de manera que el derrumbe popular será seguro, pero ordenado. Contribuirá con los escaños que el PP necesita sin alterar aquí las cosas. Una derrota dulce, que se dice, o medida.

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