ESA gran lideresa de la provincia de Cádiz que es la alcaldesa de Jerez ha dejado establecida la verdad en términos absolutos por mucho que duela: Jerez es la principal ciudad de la provincia y el Xerez (pronúnciese Jerez) es el primer equipo de la provincia. Son hechos objetivos no se pueden refutar. Su carcajada de satisfacción no hace sino reflejar la superioridad intelectual, económica y demográfica de Jerez y los jerezanos sobre el conjunto de ciudadanos de la provincia y, de manera especial, con respecto a los de la capital. En similares términos se manifestó la anterior alcaldesa de Jerez, María José García Pelayo, cuando llegó al Estadio Carranza y lo comparó con Chapín. No hay color, vino a decir. Pues así están las cosas, con una superioridad manifiesta de la ciudad del vino en todos los planos. Por más que duela Jerez es superior y Pilar Sánchez es más. Jerez ha llegado a tal extremo de excelencia que ya no huele a excremento de caballo, como se decía antiguamente en la ciudad de Cádiz. Jerez además de ser la principal ciudad de la provincia y de tener el principal equipo de fútbol, se ha convertido en una urbe culta, cosmopolita, refinada y abierta al mundo. Creo que deberían pedir de manera inmediata que las administraciones públicas le hagan un nuevo estadio, como están haciendo en Cádiz. La Junta y la Diputación deben construir una nueva ciudad deportiva xerecista (¿se pronuncia jerecista?) con un coste no inferior a cinco millones de euros, que Jerez tiene que ser más que Cádiz. Ya puestos, que el nuevo hospital jerezano sea más grande que el proyectado en Cádiz, que se haga un bicentenario con la excusa que sea, se debe hacer un puente más alto, más ancho y más largo sobre el río Guadalete, que refleje bien a las claras el nuevo papel de Jerez. Se debería construir un puerto en la ribera del Guadalete con una importante terminal de contenedores y una playa de acorde con la categoría y el nivel de una ciudad líder mundial.

Otro día hablaremos de esa cumbre de la sabiduría que es Antonio Muñoz Vera, doctor por la London School of Economics, máster del Instituto Tecnológico de Massachussets, gran experto en contabilidad y economía hasta el punto de menospreciar a los profesionales del gremio. Por mucho que digan, carece de responsabilidades en la situación del Cádiz.