Cultura

El esperado regreso de Juan Carrero Costus a la sala Benot

  • Dieciocho piezas del desaparecido artista y otras dos de Enrique Naya, cuya obra marcaron el arte de la movida madrileña, se muestran desde ayer en la sala gaditana

La obra Juan Carrero Costus regresa a Benot. Se ha hecho esperar casi trece años, cuando exhibía desde el antiguo escenario de la sala gaditana sus impresiones de un viaje a Egipto. Pero en esta ocasión, otra de las vertientes de su colorida obra se agarra con fuerza a las paredes de la galería.

Doce acrílicos sobre papel y otros ocho sobre lienzo integran la nueva criba que Ricardo Carrero -hermano del genial artista desaparecido-, ha emprendido sobre la abundante obra de Juan. "Es una muestra individual, en la que también he querido introducir dos obras de Enrique Naya Costus, de cara al coleccionista que quiera adquirir piezas de ambos representantes del dúo Costus", explica.

Juntos se hicieron un hueco de honor en la movida madrileña, en la que se acomodaron bajo una estética provocadora que jugaba con diversos estilos de la modernidad como el pop, kistch o naif. Y aunque sus divergentes estilos se hacían extraordinariamente complementarios, como los polos opuestos que se atraen, sus creaciones también brillaban, independientemente, con vida propia .

Así lo refrenda la colección de obras que ayer se inauguró en Benot, cuyo marcado carácter expresionista convierten a Juan Carrero en "heredero directo del movimiento Die Brücken", una de las primeras manifestaciones de las vanguardias del siglo XX.

Mayoritariamente, la muestra la integran "caras y máscaras de inspiración mexicana, dominadas por el trazo suelto, expresionista y colorista más puro de Juan Carrero", añade su hermano.

También incluye dos cuadros de grandes dimensiones "muy representativos de su obra", que podrían erigirse entre las dos joyas de la muestra en Benot.

Según explica, la selección de piezas puestas a la venta al público con una lista de precios variables y asequibles, "atiende a criterios de belleza y frescura. He elegido las que más me gustaban", dice, llanamente, como experto y gran conocedor de las virtudes pictóricas de su hermano.

Una mínima representación de la prolífica obra del pintor que, junto a Enrique Naya, firmó las series Escenas de la España cañí, La marina te llama, El chochonismo ilustrado o El Valle de los Caídos, adquirida, esta última, por el Ayuntamiento de Cádiz como parte de la muestra permanente del futuro Centro de Arte Contemporáneo de Cádiz.

Aparte, otras de sus obras pueden contemplarse en el Museo Provincial de Cádiz, el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo de Sevilla, el Museo de Bellas Artes Artiúm de Vitoria, la colección ICO de Madrid y el Museo 2 de mayo de Móstoles.

Y es que la estela de sus creaciones se han convertido en todo un referente del arte contemporáneo, fundamentalmente del último cuarto del siglo XX, tal y como recogen numerosas publicaciones y manuales de arte. Sus nombres figuran en Summa Artis, en el libro de Los Pintores Gaditanos, Las rutas del Arte Contemporáneo en Andalucía, de José Antonio Chacón Álvarez, así como en artículos publicados en importantes revistas especializadas. "Cada vez son más conocidos. Fueron muy importantes y si vivieran, serían autores de renombre", concluye Ricardo Rivero. Ahora, como siempre, sigue latente en Cádiz, en Benot. Su casa.

Sala Benot Hasta el 19 de julio, de lunes a viernes de 10.00 a 13.30 y de 17.30 a 21.00. Sábados de 10:30 a 14:00

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