El orgullo de un 'otaku'

Lejos de la imagen de 'frikis' que muchos les otorgan, los seguidores del manga viven su 'hobby' con gran entusiasmo

Nayhara Mármol / Cádiz

05 de octubre 2009 - 05:00

España está sufriendo una de las invasiones culturales que más cala en el resto del mundo. Japón se está introduciendo cada vez más en nuestra pequeña península de la mano del manga, es decir, el cómic de origen japonés, y de su compañero televisivo, el anime. Para muchos de los jóvenes que hace ya unos años se adentraron en la cultura nipona el manga ha llegado a formar parte de su vida. En nuestro país, a esta clase de aficionados se les denomina muy a la ligera frikis, pero ellos prefieren ser considerados otakus. A fin de cuentas, la denominación sí importa.

Pero, ¿qué es un otaku exactamente? Este término japonés no tiene la misma calificación para los occidentales que para los japoneses. Nacido hacia los años ochenta, la palabra otaku se utiliza para denominar a aquellas personas cuya afición está relacionada con el manga, el anime, o los cosplays. En el país del sol naciente, es tan fuerte el poder de la palabra que puede resultar incluso ofensivo porque tiene un cierto matiz de obsesión. Hoy en día ha evolucionado de tal manera, que otaku se utiliza para describir a cualquier tipo de fan, no sólo del mundo del manga sino también de los ordenadores, de la cocina, la jardinería, la moda... En el mundo occidental tan sólo se utiliza para describir a los aficionados del manga y el anime.

Algo que está muy estereotipado hoy en día es esa imagen del otaku que tienen los españoles. Joven tímido que sólo vive por y para los dibujos animados y las series japonesas, cuyo vicio es el ordenador y físicamente descuidado. Esa imagen de friki que se tiene es algo totalmente erróneo, al igual que no se puede afirmar que todos los góticos son unos suicidas o que todas las rubias son tontas. El manga acepta a muchos tipos de público debido a la gran cantidad de temas y estilos que ofrecen sus páginas.

El entusiasmo de muchos de los aficionados les lleva a considerar su hobby como algo más que una actividad. Los otakus occidentales no se quedan en el consumo de manga y anime, sino que van más allá. Les interesa el país de donde proceden los tomos, sus fiestas, su música, su cultura. El conocimiento de Japón es algo muy característico.

Dentro de las "subdivisiones" del mundo otaku se encuentran los seguidores del cosplay.

El cosplay es un término creado a partir de dos palabras inglesas. Costume, que significa disfraz, y play, actuar, y consiste en disfrazarse un personaje, ya sea de un cómic, un manga, anime, videojuego o incluso, a día de hoy, de un músico o cantante famoso, por supuesto japonés. El cosplay es una afición que requiere originalidad, esfuerzo y sobre todo mucha ilusión y ganas para posar con el disfraz que hayas creado para algún salón manga o convención.

El cosplay no sólo implica cambiarse de ropa, también deben saber actuar como el personaje al que representan, posar como él, en definitiva, conocerlo. Un verdadero cosplayer es aquel que dedica su tiempo a confeccionar su traje con todos los accesorios. Los buenos aficionados se llevan meses buscando las telas apropiadas y los materiales necesarios, aunque cuesten bastante, para que su disfraz sea lo más fiel al personaje posible.

La afición por Japón llega incluso a la lengua. Muchos desean aprender japonés para visitar el país que tantas ilusiones les ofrece. Algunos, incorporan a nuestro vocabulario expresiones propias de allí para describir estados de ánimo, la estética de alguien, si es atractivo o no y expresiones para, por ejemplo, saludarse o dar las gracias.

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