la hora del bocadillo

Crónica Negra

  • ¿Qué se esconde tras la apacible apariencia de Laia? Rayco Pulido nos desvela el misterio en su nueva obra, 'Lamia', que publica Asiberri.

Resulta extremadamente contradictoria la situación del Tebeo en nuestro país: Si entramos en cualquier librería especializada podemos ver cómo los estantes están a rebosar de novedades creadas por autores nacionales. Sin embargo, esta "riqueza" creativa de la que nos beneficiamos los lectores, no tiene (en la mayoría de los casos) una contrapartida económica. La mayoría de guionistas, dibujantes y autores completos se ven "obligados" a emigrar a otros mercados (Francia, Estados Unidos…) si quieren seguir viviendo de los cómics.

Sin embargo, estamos en una edad dorada en la que a talentos se refiere, hay una nueva generación que viene pegando fuerte en esto de las viñetas. Por solo nombrar a unos pocos recordaría a Luis Bustos, Ana Oncina, Kensausage, Emma Ríos, Antonio Hitos… Y muchos más. Y de entre todos ellos nos toca hablar del canario Rayco Pulido y su última obra, Lamia. Con varias obras publicadas ya (Final feliz, Sordo, Sin título, Nela), su talento le llevó hace unos meses a ganar la beca para disfrutar de una temporada en la prestigiosa Mansión de Autores en Angouleme, esa localidad gala en la que se respira cómic.

En estos meses que pasó en Francia pudo completar la elaboración de Lamia al contar con una beca que le permitía centrarse en su trabajo (¿qué hubiera ocurrido sin esta "ayuda"?) y de regreso a nuestro país la editorial Astiberri se ha encargado de su publicación (de hecho, varios de los autores jóvenes que citaba antes, y alguno más, forman parte ya de la "escudería" de esta editorial).

Nos encontramos ante una historia que bien podría haber sido extraída de la realidad y formar parte de la Crónica Negra de nuestro país. Seguro que El Caso le podía haber dedicado más de una página a la historia de Eulalia, Laia… Esta joven tranquila, amigable, trabaja como guionista en el exitoso programa de radio El consultorio de Elena Bosch. La historia nos sitúa en el año 1943, en la Ciudad Condal. Privados todavía del "opio del pueblo" en el que se ha convertido el medio televisivo, el éxito de los programas radiofónicos era brutal. Y en el que trabaja la joven treintañera es uno de ellos: Las mujeres buscan consejos que le hagan las vidas más felices a sus maridos, ya que, como todos sabemos, en la sociedad patriarcal de aquellos años el cabeza de familia era el hombre, él era el que traía el pan y casa y por lo tanto, la mujer debía tener una actitud totalmente pasiva, solamente dedicada al solaz de su cónyuge…

Sin querer desvelar demasiado de la apasionante trama, diré que en el imaginario tablero de ajedrez que es conoceremos la vida de la protagonista, sus idas y venidas, su secreto y la gran mentira que vive y que le ha hecho creer a todos los que la rodean.

El curioso detective hipnotista Mauricio es contratado por Laia para que encuentre a Alfonso, el ausente marido que la dejó abandonada y en estado de buena esperanza. Éste también intenta dar caza al criminal que está tiñendo Barcelona de rojo sangre…

Otra pieza del "juego" es Braulio, un indigente sin piernas que sabe mucho, tal vez demasiado, sobre todos los que le rodean (incluido el doctor…) y cuyo final será totalmente inesperado.

Amparo es una vecina de Laia, madre de varios hijos. En su rostro se muestran las evidentes marcas del maltrato al que la somete su invisible marido.

Todos ellos se moverán por el invisible tablero, algunos inconscientemente. Pero Laia tiene un plan preconcebido que pocos imaginamos pero que sólo será desvelado al final de esta historia apasionante y terrible.

Con una edición en gran tamaño, formato francés, Rayco Pulido nos muestra un estilo alejado totalmente del realismo (esto hace que los terribles hechos que narra sean más digeribles), con un limpísimo blanco y negro que nos lleva a una muy bien documentada historia que a la vez es un retrato de esa gran ciudad que es Barcelona, además de mostrar el poder de la Iglesia y sus representantes (el jefe del programa de radio), una denuncia del machismo y la violencia contra la mujer que se ejercía en esos años, ya lejanos pero, sobre todo, una historia negra, terrible, que bien podría haber formado parte de las narradas en la mítica serie de Televisión Española La Huella del Crimen.

Me atrevo a pronosticar, y espero no equivocarme, que esta Lamia va a formar parte del palmarés de más de un premio de los otorgados a lo largo del año próximo. Lo merece de sobras.

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